Oración de la noche del 10 de Febrero

oracion de la noche del 10 de febrero

Dios nos creó para que viviéramos como hermanos y fuésemos su cuerpo, entra el enlace que se muestra y obtendrás la fórmula para pedir a Dios que instaure su reino y traiga paz.

Índice()
  1. Dios quiere que tengas paz
  2. Vivimos en la tierra prometida

Dios quiere que tengas paz

Él es amor y el amor es paz, Dios quiere que todos vivamos en tranquilidad y nos ayudemos unos con otros, que no exista discordia y que el amor sea la expresión y estilo de vivir.

Gracias, Mi Dios, por este día que está por terminar,

me levantaste y me diste la fuerza para escribir

una página en el libro de la vida, pero hoy

nuevamente vi la iniquidad y dolor.

 

Mi Señor Jesucristo, eres Tú mi salvador y redentor,

viniste del Padre al mundo para conocer de propia mano

los vicios, decadencias y penurias en los que tu pueblo

se hallaba sumido, por culpa del enemigo y el pecado.

 

He visto, Mi Dios, como la avaricia separa a familias,

haciendo que cada miembro tome su camino,

hermanos pelean hasta matarse por dinero y

bienes, matrimonios separarse por sucumbir

a deseos carnales y la fornicación.

 

Pueblos renegando de tu palabra para no seguir

tus mandatos, otros tantos declarándole la guerra

a sus vecinos por no ponerse de acuerdo en cómo

llamarte o por malinterpretar a conveniencia la ley

que diste a Moisés.

 

Mi Dios y Señor, a esta hora cuando me dispongo

 dar descanso a mi cuerpo, te pido me permitas

conectarme a ti en oración, para adorarte y pedir

tu intercesión, que sea tu voluntad bendita y

suprema la que reine.

 

Hoy el mundo se encuentra convulsionado, lleno de tareas,

 trabajos tras los que muchos se ocultan para no servirte,

distracciones que llevan a olvidarse de lo que importa,

que es permanecer a tu lado, servirte y glorificarte.

 

Por esto, Señor, el mundo se encuentra muy atribulado,

hoy más que nunca, Mi Dios, necesitamos de tu paz,

mora en mi corazón, Señor, lléname de tu tranquilidad,

que tu sabiduría tome cada fibra de mi ser, úsame, Señor,

como instrumento de paz para llevar el mensaje.

 

Ilumíname, Mi Dios, guía mis actos, muéstrame

la forma de ser motor de cambio, para transformar el odio

en amor, la agresión en afecto, la discordia en acuerdo

y de a poco este mundo sea un lugar mejor.

Señor trae sanidad a tu pueblo

Permíteme, Señor, hablar al corazón de mis hermanos,

ver su dolor y ayudarles a sanar para perdonar.

Dame, Mi Dios, el don de la palabra para endulzar

el oído y las almas, removiendo así la dureza.

 

Hablarles de que Tú eres amor, eres paz y vida,

que quieres morar en ellos, limpiarlos y sanarlos

de alma, entregarles tu Espíritu Santo, solo con

aceptarte como Padre para que así tu bendición

pueda tocarlos y transformarlos.

 

Señor, bendíceme y transfórmame en un siervo de

tu voluntad. Ayúdame, Mi Dios, a renunciar a la ira,

la violencia que, por el pecado original, puedan

permanecer dentro de mí a fin de conducir

tu cálida paz a mi familia.

 

Que tu coraje y fuerza fluyan en mí, Señor,

para hacer frente a los temores, injusticia y maldad,

y que con palabras justas y de autoridad pueda expulsar

y reprender a los demonios que cautivan a mis hermanos.

 

Déjame portar, Señor, la bandera de tu reino, y mostrarla

a todos como símbolo de salvación y perdón, para que

se acerquen a ti las almas cansadas y atribuladas,

y seas Tú su consuelo y las lleves a descansar.

 

Clamo, Señor, a tu compasión y a tu amor infinito,

lleva el arrepentimiento a todas aquellas almas que,

bajo engaño, se separaron del buen camino y hoy

sirven al enemigo, para que confiesen sus pecados

y te reciban como redentor.

 

Trae sanidad a tu pueblo, Señor,

míranos con compasión y ansias de

absolución, déjame ser tu mano en la tierra

para que tu reino de gloria no tarde en llegar.

 

Esta noche descanso en ti, confío en que

tu paz está conmigo.

 

Amén.

Vivimos en la tierra prometida

Si, este mundo es nuestro paraíso entregado por Dios, pero el pecado nos ha separado de su voluntad y diseño, sin embargo, oremos a Dios y seamos agentes de cambio, pidamos ser vestidos con amor y perdón.

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