Oración de la noche del miércoles 22 de Septiembre
¿Tienes alguna herida profunda en ti? Ya sea que tengas una herida sentimental o física con esta oración de la noche del 22 de septiembre podrás obtener sanación. Sanar heridas emocionales no es algo fácil y al mismo tiempo las heridas físicas que son profundas también son peligrosas.
Oración para poder sanar heridas profundas
Las heridas son algo que se puede hacer de muchas maneras, ya sea porque te caíste al tropezar con algo o porque alguien jugo con tus sentimientos. Todas estas cosas dejan rastro que podríamos llamar herida, algo que a veces tiende a dañar nuestra vida de alguna manera.
Señor, hay momentos en los que nos
encontramos con una herida tan profunda
que no podemos sanar tan fácilmente y
por eso es natural que acudamos
a ti en estos momentos.
Siempre cuando estamos en nuestras
peores situaciones, es que nos
acordamos de tu existencia, Padre.
Ya sea porque tengamos una
herida física, emocional o algún
otro tipo de herida, es cuando nos
desmoronamos que pedimos tu
ayuda.
Porque al final Tú eres el único
que nos puede dar la suficiente
energía para poder encontrar
la solución a cada uno de nuestros
problemas.
En este momento vengo
a ti con esta herida, con este
dolor que lo único que me genera
son esas ganas de desistir y
dejar este mundo de una
buena vez.
Eres el único con el que puedo
expresar cada sentir que tenga,
tanto física como emocionalmente.
Padre, la verdad solo te puedo
agradecer por cada mínima
cosa que me has dado.
Por ese motivo es que en este
momento de dolor, quiero que
sepas que te amo, porque
nunca me has fallado y
siempre has permanecido fiel.
No puedo hacer nada si
Tú no estas conmigo
apoyándome y dándome la mano
cada vez que me caigo.
Cada vez que siento que la
derrota viene a mí y cada
parte de mí solo se cae a
pedazos.
Tú eres el único que me
puedes levantar en aquellos
momentos de dificultad.
Perdóname
por fallarte tanto, por ser tan
repetitivo, por dejarte de lado
tantas veces.
Sé que te digo siempre lo
mismo y que tiendo a hacer
promesas en vano que al
final no cumplo.
Pero en este momento te
pido sustento, que me cures
estas heridas, que en mí no haya rastro,
ni cicatriz.
Que cada mínimo
sentimiento de dolor en mi ser
pueda ser quitado y reemplazado por
felicidad, por gozo, por aquello
que solamente Tú me puedes hacer sentir.
Cúrame, sáname y habita en
mi ser, eso es lo que quiero
para mi vida.
Que tu palabra pueda habitar
en mí y que siempre pueda
estar concentrado en ti, para
que al final pueda cumplir
tu voluntad aquí en la tierra.
No me permitas nuevamente
apartarme de ti, quiero seguir
cada paso para al final
de mi vida poderte ver
cara a cara y que te sientas
orgulloso de mí.
Por eso aunque en este momento
no me encuentre del todo
bien gracias a esta herida
que poseo, te pido una nueva
oportunidad.
Una oportunidad para cambiar
todo lo que represento y poder
comenzar a representar tu
voluntad.
Sé que no será simple, pero
en este momento lo único que
me queda es confiar en ti.
Para poder reposar en tus
brazos y encontrar esa paz que
solo puedo hallar en tu
presencia, Señor.
De igual forma en estos momentos
no puedo pedirte solo por
mi persona, también te pido
por aquellos familiares que
mantienen una herida en su ser.
Aquellas heridas que son causadas
por otras personas y que por
culpa de la falta de perdón o
por constante maltrato siguen abiertas.
Tú eres capaz de sanar hasta la
herida más profunda, por
eso mi confianza permanece en ti.
Te lo pido con todo mi aliento
con toda mi alma y con
todo mi corazón, ten misericordia.
En el nombre de tu hijo Jesús.
Amén.
Confiar en el sanador por excelencia
Siempre lo primero que debemos hacer es confiar en Dios y dejar todo en sus manos. Con él podemos aprender a sanar incluso las heridas del corazón, aquellas que nos hacen la vida insufrible, solo debemos vivir en su voluntad.