Oración de la noche del miércoles 28 de Julio

Antes de dormir haz clik en esta oración y entrega todas estas horas de sueño a Dios, para que con su amor te ayude a descansar. El descanso es importante porque nuestro cuerpo se libera de todas las cargas, nuestra mente hace una pausa y en el silencio podemos crecer.
Señor, prepara mi cuerpo para el descanso
Eleva una plegaria al Eterno para que prepare a tu cuerpo para las horas del descanso. Que no se quede una sola parte de ti sin relajarse. Nuestro cuerpo es templo y morada del Espíritu Santo y no solo lo cuidamos nosotros, sino que también, Dios ayuda a mantenerlo estable.
Bendito Dios y padre de gloria,
alabado sea tu nombre en gran
manera, alabado sea tu poder
hasta en los confines de la tierra.
Eres Tú, un Dios Santo y lleno de
mucha misericordia, que a diario
la muestra para con sus hijos.
No te limitas a la hora de mostrar
tu amor y siempre le das a tus hijos
cuanto necesitan para estar bien.
Eres tan bondadoso y perfecto, que
mi alma se regocija en los momentos
en los que, en la intimidad, hablo contigo.
En este día, que transcurrió de forma
adecuada a tu voluntad, yo quiero
agradecerte por cada una de las cosas.
Gracias, por mantenerme guardado
del mal e invisible a los ojos de
mis enemigos.
Gracias te doy, porque
tales enemigos fueron
limitados por tu furor.
Gracias, porque aunque
sentí miedo y ansiedad en
un momento dado del día, tu
Espíritu Santo me lleno de calma.
Gracias, Santo Dios, porque sé que
tu bendición me acompaña y se
extiende a las personas que, con
amor, se acercan a mí.
Gracias, por el perdón que
puedo experimentar en mi ser,
que viene de ti y me llena de paz.
Ya que puedo también perdonar
a quienes me ofenden y liberarme
de todo el odio y de todo el rencor.
Señor, cuando mi mente pierde el
enfoque, Tú eres quien la redirecciona.
Cuando me siento perdido y en tristeza,
Tú eres el ancla que me mantiene firme,
para no caer y en medio de la dificultad
me llenas de fuerza para continuar.
Cuando me siento desprotegido e
indefenso, Tú como león rugiente
me rodeas y me proteges, formas un
escudo de amor que impide cualquier
daño que venga de afuera o de adentro.
Y cuando yo recuerdo todas estas
misericordias, mi corazón salta de
agradecimiento y solo puede alabarte.
Gracias, por ser esa razón que todos los
días de mi vida me mantiene
fortalecido y lleno de calma.
Por eso en esta hora, en la que
me toca descansar, quiero
adorarte Rey de Reyes.
Y elevar cánticos de alabanza
y salmos de adoración a tu nombre.
En esta noche, quiero decirte que
Tú eres mi único Dios, a quien deseo
servir frecuentemente y para siempre.
A quien entrego mi vida, mi familia,
mi trabajo, mi hogar. En quien
puedo confiar plenamente.
Eres Tú el poderoso Dios
de Israel, que gobierna para
siempre y mi alma está feliz
de ser parte de ese reino, que
has decidido preparar para
aquellos que te amamos.
En esta hora, te entrego
bendito Dios, mi descanso.
Toma Tú el control y el dominio
absoluto de mis horas de sueño,
prepara a mi organismo para el
descanso, relaja mis músculos
y libera mi cuerpo de la tensión.
Quita las preocupaciones de
mi cabeza y libera a mi
mente del tanto pensar.
Regálame la calma que solo
proviene de ti y solo contigo
puedo alcanzar, Mi Dios.
Provéeme un sueño reparador
y también un agradable descanso.
Te lo pido en el nombre
poderoso de Jesús.
Amén.
Espíritu, Alma y cuerpo. Un solo ser para Dios.
Aunque seamos un ser tripartito, cada parte de nosotros es protegida por el Señor. Cada una de estas partes tienen sus diferencias y las tres son de suma importancia. Es necesario aprender a cuidarlas por separado, para que unidas sean una manifestación del reino eterno de Dios en la tierra.