Oración a la Virgen María: Bendita sea tu pureza ¡Entre las mujeres!
La Virgen María fue escogida por Nuestro Dios Todopoderoso para ser la madre de Jesús. Bajo obra y gracia del Espíritu Santo quedó encinta aún siendo pura y virgen. Estaba comprometida con José para contraer matrimonio. Aquí te ofrecemos la bonita Oración a la Virgen María: Bendita sea tu pureza.
Estando en su casa se le apareció el Ángel Gabriel. Para anunciarle que quedaría embarazada y daría a luz un niño a quien llamaría Jesús, el hijo de Dios. Había sido elegida para asumir la responsabilidad de madre del Salvador del Mundo.
Oración en honor a la Bendita pureza de la Virgen María
La pureza de la Virgen María y su infinita bondad le hicieron una adoración ante la Iglesia Católica. Y son muchos los seguidores y fieles que dedican su devoción a honrar su presencia.
Bendita sea tu Pureza Virgen María.
Oh Bendita Virgen María, honrable y digna
mujer, fuiste la mejor de las madres y la mejor
esposa, que gran ejemplo nos has dejado
como muestra de responsabilidad y
dedicación.
Tu disposición para ayudar siempre al más
necesitado sin importar nada a cambio te hizo
ser la más noble y bondadosa de todas las
mujeres.
Seguir tu ejemplo como mujer, como sierva de
Dios, como amiga incondicional y sobre todo
como madre amorosa es la mejor enseñanza
que nos has podido dejar.
Tu pureza de cuerpo y alma te hizo bendita
entre todas las mujeres, ese corazón tan
limpio y noble solo podía dar amor a quien se
acercaba a tu esencia divina.
Maravillosa y Santísima Madre, que alegría
siente mi alma al conseguir refugio en tus
brazos.
Tu santo manto abriga y protege mi existir
y si tengo tu protección, lo tengo todo.
Por favor escucha mi llamado y mi clamor,
hoy más que pedirte lo que quiero es
agradecerte, pues mi vida está colmada de
bendiciones gracias a ti.
Cada día, al llegar la noche me entrego en
oración para contarte mis secretos, mis
alegrías y mis tristezas.
Por ello, eres mi madre santa y amorosa,
siempre pendiente de mí. Tus ojos jamás me
pierden de vista y eso me colma de
tranquilidad y paz.
Además en momentos de dificultad, respiro
hondamente y me entrego a tu misericordia,
porque, aunque los momentos sean difíciles,
confío en que tu mano poderosa no me
dejará caer.
También eres la luz de mis ojos, la tonada de
mis oídos, el aroma de mi olfato, la suavidad
de mi piel, eres mi fortaleza y mi apoyo.
Santísima Virgen, oh Divina Mujer, tu pureza
es eterna, tu gracia infinita, tu poder
invaluable y además el amor de tu corazón no tiene
comparación.
Suplico tu piedad para que en momentos de
tormentas socarras mi alma y la llenes de
paz.
Por favor no permitas que el enemigo se acerque y
perturbe mi existir. Que sea tu bendita pureza
la que invada mi vida y me haga ser una
persona feliz.
Madre, Reina de los cielos y de la tierra,
eres la princesa de mi vida y la admiración
que siento por ti me hace imitar el ejemplo
maravilloso que has dejado en la tierra.
Pido por mí, por mi familia, por mis amigos,
por mis seres queridos y por el mundo entero
para que la misericordia de tu gloria nos haga
libres y podamos conseguir la vida eterna.
Finalmente en tu nombre invoco a tu santidad,
en nombre de Dios Todopoderoso y de
Jesucristo, para que seamos dignos de
alcanzar los placeres de la tierra bajo la
voluntad poderosa de nuestro Padre Celestia.
Amén.
Entrega a la Virgen María las penas de tu alma
El poder de la oración te concede la dicha de establecer una amistad especial con Dios y sus Santos. Por ello eleva una Oración a la Virgen María: Bendita sea tu pureza. La Virgen María es amiga incondicional de Dios, así ella intercederá por ti y llevará el mensaje a los oídos de Nuestro Padre Santo. Él cumplirá todos tus deseos.
Obra por amor y no por obligación cada uno de tus actos, obedece a los mandamientos de Dios. Reflexiona sobre sus enseñanzas plasmadas en la Biblia y busca imitar los ejemplos de Jesucristo como hijo supremo de nuestro poderoso Dios.