Poderosa oración y devoción a la Virgen María en viernes santo
El viernes santo es el día en que se dio lugar la pasión y la muerte de Jesucristo. Nadie más en vida pudo haber sufrido dolor parecido al de Jesucristo que su madre. Al verlo torturado y burlado en el proceso de su crucifixión, agredido con una estaca en su pecho y allí verlo morir. Por ello te damos a conocer la oración y devoción a la Virgen María en viernes Santo.
Fueron terribles momentos de dolor y sufrimiento para la Virgen María, por lo que fue uno de los siete dolores que padeció tan sufrida mujer. Pero para los cristianos, todo tiene su razón de ser y hoy gracias a este hecho tenemos el poder de la salvación y la vida eterna.
Dolorosos momentos de la Virgen María en Viernes Santo
La Virgen María viviría los últimos momentos de dolor con su hijo en vida. Las lágrimas derramadas al pie de la cruz acompañarían a Jesús en los últimos momentos de su vida. Acompañemos a la Virgen con esta oración y devoción a la Virgen María en viernes Santo.
Dolorosa Virgen María. Eres Reina de los
cielos y de la tierra, maravillosa e insuperable
mujer que soportó los dolores del corazón al
perder a su hijo en medio de torturas y
maltratos.
Asimismo en tus brazos lo sostuviste después de
muerto y con lágrimas en los ojos le diste el
último adiós.
Por ello tu alma se llenó de pena en este Viernes
Santo, pues perdiste en vida a lo más querido
de tu ser, el fruto de tu vientre, el hijo de Dios.
Y aunque conocías que resucitaría,
tu dolor solo pudo consolarlo la fe y la
esperanza en Dios.
Bendita tú eres, Dulce Madre,
tu misericordia arropa a quien aclama a ti,
y tu manto poderoso protege quien desprovisto
de bienestar se encuentra, además tu bondad regala
bendiciones a todos y tu amor infinito nos
hace merecedores de tu gracia celestial.
Por favor permite hoy Viernes Santo,
acompañarte en tu dolor, que mis lágrimas acompañen las
tuyas y también que sean mis plegarias las que
acompañen tu tristeza.
Déjame llorar contigo y sufrir junto a ti,
acurrucarte en mi seno y hacerte sonreír.
Porque la dicha de Dios es grande,
su poder milagroso y su misericordia infinita.
Porque no hay dolor que nos haga pasar que no
podamos soportar, pues su cruz es del peso
necesario para que nuestro cuerpo lo soporte.
Además sé que tu ejemplo de paciencia y ferviente
devoción a Dios no te hace inmune al dolor,
pero también sé que aligera tus penas saber que
Dios ha prometido la resurrección y porque tú
crees ciegamente en sus promesas.
Aquí estoy, arrodillado junto a ti a la cruz de
Jesucristo, siento dolor por su tortura, pero tu
fortaleza me fortalece a mí, porque tu fe me
da fervor a mí, y también porque tu confianza me da
confianza a mí.
Te amo y te admiro mi Virgen María,
ejemplo de mujer luchadora en la fe de Dios,
victoriosa de batallas de espíritu que pocos
podrían soportar, además mujer incansable ante la
.defensa de la peregrinación del cristianismo.
Oh Divina Madre, toda mi vida de todas tus
virtudes, intento imitar tu ejemplo y parecerme
cada día más a ti. Por favor no vayas a desampararme
ni a dejarme solo en este mundo de ataques
malignos.
Confío en tu bondad, en tu misericordia, en tu
intercesión, en tus milagros, en tu ternura, en
tu fe y en el amor sin límites que me profesas
cada día.
Escucha mis plegarias y permite que mi
compañía en este Viernes Santo aligere tu
dolor. Bendita eres Santa Madre de Dios.
Amén.
Consolar tus penas en confianza a la resurrección
Fue para la Virgen María motivo de fortaleza ante la muerte de Jesús, conocer la promesa de Dios de la resurrección y la vida eterna. Esta fe fue la que ayudó a María a aliviar el dolor tan grande de la pérdida de su amado hijo.
Así es nuestra vida, las dificultades llegan y algunas con mucho dolor, pero la dicha de Dios es grande y su recompensa al que espera con paciencia y fe es extremadamente poderosa. Pues las bendiciones se multiplican y traen consigo verdadera paz, tranquilidad, amor y mucha felicidad.