Oración al Espíritu Santo para una petición desesperada
Dios, tu eres el creador del cielo y de la tierra, tu eres el dueño del oro y de la plata; tú eres quien salva a la humanidad, a través de tu Hijo Jesucristo. Por amor nos redimes de nuestros pecados, dándonos la salvación. Por tus misericordias, siempre cumples tus promesas, porque escuchas las oraciones de los justos; porque no eres hombre para mentir. Por esta razón, realizaremos una oración al Espíritu Santo para una petición desesperada.
Oración al Espíritu Santo para una petición desesperada
Señor, Señor, Rey todopoderoso, todo está en tus manos, y nadie puede oponerse ante ti. Oh Señor mío, nuestros rey, tu eres el único; ven a mi socorro; porque me encuentro en soledad y no tengo más ayuda que tú, y debo arriesgar mi vida. Desde mi nacimiento aprendí de mis padres que tú eliges, a quien quieres elegir; porque no haces acepción de personas. Tú elegiste a tu Hijo Jesucristo para salvar a la humanidad; por sus pecados, porque pecamos contra ti y nos desviamos de tus caminos.
Por eso te pido Espíritu Santo, que escuches mi oración
porque estoy en desespero; desde la antigüedad prometiste
a un elegido que salvaría a la humanidad, y nos entregaste al pecado;
y la paga del pecado es la muerte, como lo dice en tu palabra
en Romanos 5:12.
Por tanto como el pecado entró en el mundo por un hombre,
y por el pecado la muerte; así la muerte pasó a todos los hombres,
por cuanto todos pecaron; pero sé que tú eres justo mi Señor.
Oh Señor, clamo en desesperado, mira mi tristeza
y la esclavitud en la que vive la humanidad;
porque sé que arruinamos nuestras vidas,
porque desobedecimos a tus mandamientos mi Señor, y pecamos contra ti.
Acabando con esa confianza que tenias con el hombre,
te fallamos oh Señor; pero tuviste misericordia de todos nosotros
a causa de tu amor; porque fiel eres tu Jehová.
Espíritu Santo de Dios fortaléceme, porque estoy angustiada
a causa de mi Señor; porque debo salir al encuentro de un mundo,
que está lleno de perversiones y maldad; a predicar de tu amor
y de tu salvación que solo se obtiene a través de ti mi Señor Jesucristo.
Hago esta oración en desesperado porque sé que no es fácil tu camino,
oh Señor, inclina a mí tu oído, y lléname de tu Espíritu Santo;
ayúdame a esforzarme y hacer valiente; pon en mis labios las palabras
correctas que seduzcan y transformen el corazón de la humanidad.
Ven a socorrerme porque estoy sola y no tengo a nadie más que a ti Señor,
ayúdame, para cuidar de hacer conforme a todo lo que
dice en tu palabra y guardas todos tus mandamientos
y ponerlos por obra todos los días de mi vida.
Meditando en ella de día y de noche,
y que seas tú oh Jehová quien haga prosperar mi camino.
Espíritu santo de Dios, te doy gracias Altísimo Rey,
por ser mi escudo y mi esperanza.
Atiende a mi oración, mira favorablemente a tu siervo,
transforma mi pesar en alegrías, haz que vivamos,
en tu presencia oh Señor; y entonaré cánticos en honor de tu nombre Jehová.
No permitas que desaparezcan los que te alaban.
Oh Dios, tú que superas a todos,
atiende los ruegos de esta alma desesperada,
líbrame de mano de malvados, y líbrame de mi miedo.
Gracias te doy Señor, por escuchar mi oración por esta petición desesperada.
Alabando siempre tú nombre Jehová, por los siglos de los siglos. Amen
Junto a Dios no hay temor
Orando por una petición desesperada. El Señor, es mi luz y mi salvación; de el procede mi vindicación, siempre hay que ampararse en Dios, aunque los malvados quieran oponerse contra tu vida, y quieran hacerte perecer; aunque tu corazón desfallezca a causa de los opresores; hay que confiar en Jehová; poner todas nuestras cargas en sus manos, el es quien levanta la cabeza en los tiempos de desdicha, por su misericordia nos saca de las aflicciones de este mundo; y por su bondad, escucha la voz de los justos cuando claman a él.
Siempre escuchas las oraciones de los justos, Señor, eres bueno y recto; por eso siempre muestra el camino a los que han pecado, dirigiendo los pasos de los humildes; porque amor y lealtad son tus caminos; para el que guarda su alianza y sus preceptos, Dios selló este amor, para siempre por la sangre de Jesucristo.