Oración católica milagrosa a la Sangre de Cristo ¡Cúbreme!
Oración católica milagrosa a la Sangre de Cristo ¡Cúbreme!. A menudo pensamos que la oración católica milagrosa cambia a Dios. Esto simplemente no es el caso. La oración nos cambia. Cuando pasamos tiempo con Dios, Él está trabajando para cambiar nuestro corazón para que se parezca más al suyo. Cuanto más tiempo pasamos con Él, más nos parecemos a Él. Nuestros hábitos y estilos de vida cambian. Ya no vivimos una vida egocéntrica, sino una vida centrada en los demás con un corazón puro y sincero. La oración nos cambia de adentro hacia afuera.
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La protección es nuestra solo por pedirla. Necesitamos orar por protección para nuestros seres queridos todos los días. Ore por sus seres queridos por su nombre, uno por uno. Nunca puedes rezar demasiado por una persona. A veces es útil hacer una lista de todas las personas por las que necesita orar cada día. Hacer esto no solo nos ofrece protección, sino que también es un gran ejemplo para nuestros hijos.
Oración poderosa a la Sangre de Cristo ¡Cúbreme!
Oración católica milagrosa a la Sangre de Cristo ¡Cúbreme! La oración católica milagrosa nos ayuda a ser uno con el Padre y a tener el tipo de relación que Jesús tuvo con él. La Biblia está llena de historias que ilustran el deseo de Dios de tener una relación íntima con su pueblo, y cualquier relación cercana implica comunicación. Cuando dos personas no tienen contacto entre sí, su relación nunca avanzará. Y como la oración es, simplemente, una conversación con Dios, así es como lo conocemos.
Cuando llegamos a su presencia, toda pretensión se ha ido, ya no hay nada que ocultar porque él lo ve todo y lo sabe todo. La oración nos humilla porque al pasar tiempo con él, nos damos cuenta de cuán poderoso, capaz y bueno es Dios y de cuánto lo necesitamos. Y, sin embargo, Dios nos acepta tal como somos, no porque quiera que sigamos así, sino porque sabe que la relación es lo primero.
Oh preciosa Sangre de Jesús,
precio infinito pagado por la redención
de la humanidad pecadora.
Oh Divina Sangre, bebe y lava nuestras almas,
que se interpone entre nosotros
y el Padre suplicando misericordia.
Con todo mi corazón te adoro,
dulce Señor, y ofrezco reparación por los insultos,
ultrajes e ingratitud que continuamente
recibes de los seres humanos.
Especialmente de aquellos que se atreven
a blasfemar la Sangre Divina que
derramas por nosotros.
Bendice esta sangre de valor infinito.
Bendice el fuego del amor de Jesús
que lo derramó hasta la última gota por nosotros.
¿Dónde estaría si no fuera
por esta Sangre Divina que me redimió?
De hecho, Señor, he sacado de ti
hasta la última gota.
¡Qué amor! ¡Gracias por este bálsamo salvador!
Que cada corazón, cada lengua,
ahora y para siempre, alabe y agradezca
este bálsamo invaluable.
Esta Sangre salvadora,
esta fuente de Misericordia carmesí
que brota de la fuente del Amor infinito.
Señor ten piedad de nuestras vidas.
Cristo, ten piedad de todos nosotros.
Enséñanos a vivir en tu amor.
Cristo, escúchanos.
Te pedimos que en todo momento nos escuches.
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios, el Espíritu Santo,
ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, un Dios,
ten piedad de nosotros.
Hijo unigénito del Padre eterno, sálvanos.
Sangre de Cristo, Verbo
encarnado o Dios, sálvanos.
Te pedimos preciosa sangre
de Cristo que nos salves
Sangre de Cristo, cayendo sobre
la tierra en Agonía, sálvanos.
Derramada profusamente en la flagelación.
Sangre de Cristo, que fluye en la
coronación de espinas, sálvanos.
derramada en la cruz en la cuál diste tu vida.
Precio de nuestra salvación, sálvanos.
Sangre de Cristo, sin la cual no
hay perdón, sálvanos.
Amén.
La oración trae avances a la vida
Uno de los aspectos más importantes de la oración católica milagrosa en tu vida son los avances que vienen. A veces nos enfrentamos a circunstancias devastadoras y sentimos que no tenemos a dónde recurrir.
Es en ese momento que debemos rezar (aunque también debería haber mucha oración de antemano). Ayunar y rezar también es poderoso. A veces necesitas un mensaje de Dios y debes concentrarte únicamente en Él para recibirlo. Puede ser doloroso durante el proceso de oración y espera, pero una vez que lo reciba, estará tan feliz de haberlo buscado.
Mientras espera, también puede cantar canciones de alabanza, leer la Biblia o cualquier otra cosa que lo acerque a Él. Incluso si el avance no ocurre ese día, recibirás la fuerza y la gracia para continuar. Eventualmente recibirás una respuesta a tus oraciones, o una paz acerca de esperar más.