Oración al Espíritu Santo consolador ¡Socórrenos en los malos momentos!

Las tribulaciones que se presentan en ocasiones, suelen desequilibrarnos y afectarnos emocionalmente. No obstante, para mantener la cordura, eleva una oración al Espíritu Santo consolador que nos socorre en los malos momentos.
Jesús les había dicho a sus discípulos que cuando él partiera, su padre les enviaría el consolador, quien estaría con ellos para reconfortarles. Din duda, este no es más que el Espíritu Santo, copartícipe de la esencia del Padre y el Hijo.
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El Espíritu Santo sigue haciendo y sigue obrando hoy, así como desde el inicio de los tiempos, es sempiterno y siempre presto a ofrecernos su auxilio cuando lo solicitamos con fe y armonía con los planes divinos.
Esos momentos difíciles, de desasosiego se convierten en buenaventura y paz cuando le invocamos desde el amor de Cristo presente en nuestros corazones.
Oración al Espíritu Santo Consolador
¿Hay turbación más aguda a la de Jesús, antes de ser apresado, sabiendo que lo esperaba la muerte?
Sin embargo, en este trance se alejó de sus discípulos y oró al Padre. Por difícil que sean las dificultades, mantén la calma y ora así:
Bendito Padre celestial, tú que me creaste
y conoces desde antes que
el mundo fuera formado,
concédeme los frutos del Espíritu Santo.
Mi alma se encuentra afligida y
abatido mi espíritu.
Se desgarra mi corazón a causa de la pena.
Ven a hacerme compañía,
no me desampares, Espíritu consolador.
Como Jesús en el huerto de los olivos
solicito, Padre que apartes de mí este cáliz
pero que se cumpla tu voluntad, no la mía.
Más, no me dejes solo, con humildad te lo pido,
yo, el ser más imperfecto ante ti arrepentido
doblo mis rodillas implorándote el perdón.
Por Cristo tu hijo amado y también mi salvador,
quien por mí fue a la muerte,
como cordero de Dios
Para limpiar mis pecados.
¡Alabado sea el Señor!
Por ese amor infinito que prodigas a tus hijos
te pido me des dotes de sabiduría y entendimiento
para comprender lo que hasta
ahora permanece oculto.
Sea lámpara tu palabra para
alumbrar el camino,
lo que deba hacer, Señor,
susúrramelo al oído,
revísteme de tu paz para poder dormir tranquilo.
Te prometo, santo Espíritu de Dios
por el resto de mis días me
empeñaré en ser mejor.
Fórjame en tu fuego sagrado,
como al metal el herrero.
Háblame mientras duermo,
sobre tu plan redentor.
Dame la fortaleza para
superar cualquier dificultad,
crea en mí un nuevo corazón,
revísteme con tu luz.
Consuélame en mi dolor,
aparta de mí la pena
que pase de mi esta angustia,
lléname de tu paz.
Retórname la alegría de
vivir por tu bondad.
Aparta temores, miedos. Llévalos lejos de mí
cércame con tus ángeles, mi protector y fortaleza:
contigo no temeré, contigo podré vencer.
En comunión contigo anhelo permanecer
porque he sido testigo de tus obras,
de tu amor infinito,
no me has dejado en el desamparo,
he sido objeto de tu bondad.
Santo Espíritu de Dios, toma
mi mano siempre,
guíame en las pruebas, en
momentos de debilidad.
Transmíteme fortaleza para
mantenerme con solidez.
Rompe las ataduras de la
desesperanza, desolación,
libérame de toda angustia
porque soy hijo de mi Dios.
Quien no desampara nunca
a quien pide con fervor.
Sin duda, quiero seguir tu orden
de ser fuerte y valiente,
no sentir temor ni desánimo porque
tú me acompañaras siempre.
¡Gracias al Padre, al Hijo y
al Espíritu consolador!
Ya sintiendo la calma que me
prodigas, Santo Espíritu,
agradezco permanezcas conmigo,
haz de mi cuerpo tu templo.
Y mantenme en el camino que
lleva a la vida eterna.
¡Amén!
Busca a Dios y lo encontrarás
Sin duda, nuestro creador tiene la facultad de estar en todas partes. Por eso, sin importar dónde nos encontremos, estamos en su presencia. Sin embargo, respeta el libre albedrío y lo encuentra solo quien lo desee de corazón.
De tal manera que, si dirigimos nuestra mirada a Dios y lo invocamos, acudirá y tendrá sus oídos prestos a escucharnos. No obstante, establece una comunicación directa con el creador a través de la oración y la fe.
Por supuesto, creer es una condición imprescindible para encontrar a Dios y gozar de sus cuidados paternales. Por lo tanto, disfruta la experiencia de contar con un amigo que te acompañará siempre.