Oración por los hijos para romper toda clase de ataduras del pasado
Los errores que como padres se cometen muchas veces son los mismos que los hijos tienden a cometer. La Biblia habla sobre las maldiciones generacionales, por eso es importante estar en constante oración. Hoy traemos una oración por los hijos para romper toda clase de ataduras del pasado.
Dios en su palabra dice que las cosas viejas pasaron y ahora todas son hechas nuevas, solo se trata de creer. Puede que muchas veces como padres tengamos más fe que nuestros propios hijos. Por lo mismo, estamos en constante oración declarándolos libres de toda asechanza del enemigo.
Oración por los hijos para romper toda clase de ataduras del pasado
El pecado de Adán y Eva hizo que por generaciones las personas no pudieran ir a la presencia de Dios tan fácil, por este motivo Jesús tuvo que morir en la cruz del calvario para traer libertad a nuestras vidas. Así que hoy vamos a orar a Dios para romper con toda maldición generacional y toda atadura que quiera venir sobre nuestros hijos.
Padre celestial,
gracias por tus bendiciones.
Gracias porque nos escogiste y
hoy te podemos servir.
Señor, hoy especialmente
te pedimos por nuestros hijos,
para que no comentan
nuestros errores,
ni de ninguno de sus antepasados.
Que crezcan saludables y
no los toque ninguna enfermedad
por más que haya
tocado algún familiar,
antes son libres de
toda enfermedad hereditaria.
Dios mío, también te pedimos
para que ningún vicio
se repita en la vida
de nuestros hijos, que
ellos puedan ser libres y
jamás caigan en ninguno.
También, hazlos libres de
todo pecado que estuvo
en la generación de su familia;
ya sea brujería, hechicería,
fornicación, lascivia,
adulteración.
Te pido que rompas
cualquier cosa oculta que
algún antepasado haya vivido.
Declaramos que hay libertad
en el nombre de Jesús,
que no caen en eso nunca.
De igual forma
declaramos libertad financiera y
toda atadura que esté
en esta área y que quiere
impedir que nuestros hijos
sean prósperos,
hoy es rota el nombre de Jesús.
Asimismo, bendecimos a nuestros hijos
para que aprendan a
tomar mejores decisiones,
emprendan cosas nuevas, que
hagan tu voluntad Dios buena,
agradable y perfecta.
Cúbrelos con tu gracia
hasta mil generaciones,
su familia, sus hijos y
los hijos de sus hijos
sean de bendición siempre.
Ningún arma forjada
permanecerá contra ellos,
tu bien y misericordia
los sigue cada día de sus vidas,
Ve delante de ellos
como poderoso gigante.
Toda maldición es quebrantada y
echada por tierra,
declaramos tu redención
sobre nuestros hijos y
la sangre de Cristo
los guarda en todo momento.
De mañana y noche
tú señor los cuidas.
Si han fallado alguna vez
tú los perdonas y les
das un corazón nuevo,
toda inmoralidad sexual
no se repite en los hijos,
tampoco son hijos de doble ánimo.
Cada cosa que
comienzan la terminan,
son cabeza y no cola.
Así que son victoriosos
porque Jesús,
tú ya venciste
en la cruz.
El enemigo no tiene poder
sobre nuestros hijos,
ni lugar en la vida de ellos.
Dios, tú te olvidas de sus pecados y
si eran rojos como el carmesí
los conviertes en blanco
como la lana.
El ayer ya pasó,
nuestros hijos
te necesitan hoy.
Espíritu Santo,
sé su guía en todo momento y que
jamás crean que le
pertenecen al enemigo,
sino que tengan
identidad en Cristo y
entiendan que ya son libres.
En el nombre de Jesús,
Amén.
El pasado queda atrás
Cuando decidimos dejar nuestro pasado atrás y pedimos perdón, Dios se olvida de todo lo malo que hicimos. Es más, dice la Biblia que nuestros pecados son lanzados a la más profunda mar. Muchas veces el enemigo es quien se encarga de recordarnos las cosas malas que hemos hecho y busca venganza en nuestros hijos cuando con los padres no pudo hacer nada.
La respuesta a cómo dejar el pasado y toda atadura atrás, es la constante oración y búsqueda de la presencia de Dios. Además de los padres, es fundamental que los hijos también entiendan el sacrificio de Jesús en la cruz y la libertad que trae consigo esa gran bendición. Así que toda maldición es anulada por el poder de la sangre de Cristo y toda atadura se rompe.