Oración de la noche para la Virgen de Guadalupe ¡Buenas noches!
Todas las grandes y pequeñas cosas en la vida, constituyen una oportunidad para orar. Cuando ha llega el ocaso y nos disponemos a dormir, podemos hacer la oración de la noche para la virgen de Guadalupe, para agradecer y solicitar el disfrute de una feliz noche.
En esta oportunidad, elevaremos una oración a la milagrosa virgen de Guadalupe, cuya devoción inició en México y se ha extendido a buena parte de América latina y el mundo.
El culto a la virgen María en su advocación de Guadalupe, inició a partir de 1531, cuando se le apareció a un indígena llamado Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro Tepeyac, ubicado al norte de la ciudad de México.
En un principio fue adorada solo por los indígenas, sin embargo, luego su culto se extendió hasta lo que conocemos hoy día. Vamos a solicitar a nuestra madre que nos otorgue unas muy buenas noches, recargando energías y fe.
Oración de la noche para la Virgen de Guadalupe
Con veneración a la madre de nuestro señor Jesús, virgen María de Guadalupe, solicitamos tu amoroso cuidado para que, al retirarnos a descansar, sintamos la confianza de su santa compañía.
Excelsa madre de Dios,
querida virgen de Guadalupe,
acudo a ti esta noche, agradeciendo
tus cuidados amorosos.
Cuidas mis salidas y mis entradas.
Sin duda, me acompañas por los caminos
que debo transitar.
Librándome de los peligros que
acechan en cualquier lugar,
de cualquier manera, gracias madre y señora por
nunca desampararme.
Ahora que llega la noche para descansar,
solicito tu presencia para que
me sigas protegiendo.
Además, permite que en mi mente y cuerpo
cese el afán del día.
Que todo mi organismo recupere
la energía necesaria,
que me permita afrontar los
retos del día siguiente
de manera equilibrada y con un corazón sano.
Sobre todo, aleja de mi alrededor cualquier
peligro o preocupación,
también, repele al enemigo y sus espantos
nocturnos con tu santa luz.
Protégeme y líbrame de cualquier peligro.
Como tu hijo, te pido me tengas en tu regazo
y que tus cuidados de madre
amorosa me den la paz,
poniendo un escudo a toda preocupación,
angustia o temor.
Extiende tu manto divino a toda mi familia
para que encuentren cobijo y
llénalos de bendiciones.
Que no les falte nada y sigan
siempre el sendero del bien.
Entrego mis obras del día en tus manos
para que las presentes ante
nuestro Dios creador
y que sean de su agrado y
para su alabanza.
Elevo mi gratitud por el día que ya terminó,
por la vida, la salud, los alimentos,
la familia, los amigos
y las oportunidades presentadas
para cubrir mis necesidades.
Si de alguna forma, cometí
algún error u ofensa,
ruego el perdón por esa acción,
en el nombre de tu hijo.
Quien entregó su vida por el
perdón de nuestros pecados.
Con la serenidad de ese perdón,
podre descansar, confiado en tu amor.
Amor infinito dado por gracia,
aunque no lo merezca.
Hazme cada día mejor y que
pueda seguir tu senda.
Virgen de Guadalupe,
gloriosa madre de Dios,
ante tu altar me postro en alabanzas
para pedir tu protección.
Me acompañes esta noche
y protejas con tu amor.
Mis afanes cesan ya,
por lo tanto, es hora de descansar.
Gracias padre por esta noche que
hiciste para darnos reposo
¡y recargar las energías que dan
armonía a nuestra mente y cuerpo!
Te pido, milagrosa Virgen de Guadalupe,
que durante el sueño siga recibiendo tu guía
para que mis palabras, pensamientos y acciones
sean del agrado de mi Dios.
Asimismo, permanece conmigo,
guárdame en tu amor de madre,
bendíceme y acompáñame siempre.
Que descanse y me proporciones
una buena noche.
¡Amén!
Dios se vale de medios insospechados para llegar a sus hijos
La imagen de nuestra señora de Guadalupe es morena y presenta rasgos mestizos. Así se evidencia en la impresión que quedó en el ayate (instrumento para recoger cosechas realizado en fibras vegetales) de Juan Diego.
Sin duda, esta característica propició su aceptación de la población indígena, en primer lugar: Según algunos estudios, trajo la reconciliación entre españoles e indígenas. De cualquier forma, inicio una devoción inmensa en el pueblo.
Por último, el día destinado a la Virgen de Guadalupe es el 12 de diciembre, fecha de su última aparición a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, quien fue beatificado en 1990 y, además, canonizado el 2002 por el Papa Juan Pablo II.