Oración poderosa para quitar el enojo de un hombre con limón y azúcar
A través de esta oración poderosa para quitar el enojo de un hombre con limón y azúcar, lograremos que cualquier persona sea dulce y tierna en todos los sentidos, hará que sus actitudes y sus expresiones cambien con el tiempo, y permitirán que podremos saber más de estas personas sin mayor inconveniente. Esta oración es muy usada a lo largo de los años, ya que es muy efectiva, y verán los resultados rápidamente, pueden usarlo con cualquier persona en cualquier momento.
Para quitar el enojo de un hombre use esta poderosa oración
Con esta poderosa oración le podremos quitar esa cara amargada y ese ceño fruncido a cualquier costo, solo debemos de tener fe.
“Con el poder del limón y del azúcar,
el día de hoy con ayuda de mi fe,
podre quitarle este ceño fruncido,
y todas las malas actitudes de este hombre.
Logrando así que pueda tener cada día mas,
por otro lado, un poco más de sabiduría y de conocimiento,
a través de estas palabras.
Tendré toda la fe que bien necesito,
para eliminar cualquier enojo que
tenga cualquier persona.
Yo pido que a través de este limón,
drene todos esos problemas que pueda tener,
de igual manera, que su acidez se convierta en felicidad,
para lograr entre todos la paz
y la armonía que todos necesitamos.
A través del azúcar,
pretendo endulzar su vida,
librándolo de todos los males
que esta persona padezca.
Llenándolo de alegría y de felicidad
todos los días del resto de su vida,
para que así no tenga más enojo en su vida.
Porque todos bien debemos de saber,
que el enojo no conlleva a nada bueno,
y estaríamos haciéndole un
bien a esta persona.
Pongo todas las esperanzas,
en cada uno de mis esfuerzos para
lograr mi cometido.
Y me propongo firmemente,
a que esa cara de amargura se
vaya con el viento.
Que apenas vea el amanecer
por las mañanas,
se encuentre en su espejo con una
sonrisa de punta a punta.
Porque todas esas sonrisas,
le harán muy bien,
le ayudaremos a ver el mundo desde
otro punto de vista.
Especialmente un punto de vista nuevo y mejor,
en el que él se sentirá cómodo.
En el que pasara de llenar de amarguras
a todas las personas,
de tan solo ver el rostro.
A llevarle la alegría y la felicidad
a todas las personas,
que se crucen por su camino.
Confió plenamente en que cada vez que yo
pronuncie esta oración,
podre cambiar una vida siempre
especialmente para bien,
y poder traer esa alegría y felicidad.
Que tantas estas personas necesitadas de
estas dos cosas necesitan.
Espero llenar su vida de amor y cariño,
y que sepan en cada momento poder recibirlo,
y darlo de la misma forma y en la misma cantidad.
También para de una vez por todas conocer,
cada día más un poco de su vida,
y así saber cuáles son las cosas que prefiere,
para que siempre que pueda llevarle
de la alegría y de la felicidad.
Permíteme llevarle el limón y el azúcar,
siempre que se me haga posible,
para mantener su sonrisa como un
radiante sol de primavera.
Y lograr ser para él,
una buena persona apreciada en su vida.
Además permíteme mostrarle a él,
de igual manera, como tomar las riendas de su camino,
y ser para él una guía en donde pueda
confiar y donde pueda apoyarse,
en vez de alejarme,
déjame estar con él en los momentos tristes.
Para que pueda ayudarlo,
y encaminarlo de nuevo por el
camino de la felicidad.
También tengo esperanzas,
por otro lado, que nunca más volverá a toparse con
el enojo en su vida,
y podrá salir de los problemas.
Asimismo con una energía positiva,
y una nueva enseñanza en su vida.
También espero que nunca él se
vaya de mi camino,
para que en ningún momento este
aunque se sienta desamparado,
o se sienta en la soledad persiguiéndole a cada momento.
También confió en cada una de mis palabras,
puesto a que sé que cada una de las cosas,
que el día de hoy estoy diciendo se
harán realidad y se cumplirán.
Amén.”
El poder de esta maravillosa oración
A través de esta oración poderosa para quitar el enojo de un hombre con limón y azúcar, podremos alegrarle la vida, y acomodar ese ceño fruncido que tan mal se le denota en su cara, debemos de tener fe y confiar en cada una de nuestras palabras para que se concedan nuestras peticiones.