Oración a San Cipriano para recuperar un amor perdido

¿Pero cuando se va? ¿Qué hacemos? Por eso te traigo esta poderosa oración a San Cipriano para recuperar un amor perdido y verdadero. En nuestras vidas, muchas veces, todo se ha resumido a el amor, a esa persona, esa pareja, esa esposa, esa persona a quien le entregamos el corazón.
A quien elegimos entregarle nuestra vida y esfuerzo completos. Nos podemos dedicar a una manera sin límites. Cuando oremos, tenemos que dejar de ser egoístas, no pensar en nuestros propios intereses. Tenemos que dejar ir a dejar a Dios actuar.
Renunciar, si es tuyo, y está dentro de la voluntad perfecta para Dios en tu vida, vendrá. Por eso tiene que ser una oración a San Cipriano para recuperar un amor perdido o el verdadero amor, con fe, pero entregar tu voluntad, rendirla por completo. Ten Fe, que San Cipriano, hará el resto.
Oración para que el amor perdido regrese y este en tu vida
La poderosa oración a San Cipriano para que él regrese a nuestro lado un amor antiguo o reciente, es una oración de petición al Santo del amor y el dinero, para que trabaje en nuestro amor y lo traiga muy enamorado con nosotros, que siempre en su mente esté mi presencia y que sólo sea capaz de tocar mis brazos.
Que cuando yo le pida que venga a mí él venga lo más deprisa posible y olvide a la mujer con quién esté en ese instante, porque yo seré su prioridad y más nadie que yo será capaz de tenerlo.
Piadoso y San Cipriano,
te encomiendo por mi felicidad en este día,
Altísimo apóstol de los sufrientes y resignados.
Haz de mi ansiedad un
bálsamo perfecto para que
transite este camino,
concédeme que vuelva
a mi lado el ser que amo.
Que siga su vida junto a mí,
porque desfallezco
en un mar de locura
y torbellino, sin su amo.
¡Oh, bendito seas, Señor, ¡San Cipriano!
Mi existencia no es digna de vivirse
sin la persona que me pertenece
y se ha alejado, por cosas pasajeras,
de impulsos desmedidos.
Quiero que sepas,
venerado santo, que muero sin sus ojos,
sin sus manos,
sin su gracia, ¡porque en el ser que amo vive mi alegría y mi paz!.
Mi plenitud aguarda detrás de esta oración,
Santo Padre confío.
Tu palabra y el silencio de
la plegaria suplicante que vibra en mis labios,
te dirá cuánto es mi dolor, por no tener a quien yo amo.
Concédeme el placer de enamorarlo/a
cada día más y que cada minuto
que pase quiera sentir mi cuerpo y mi alma por
sobre todas las cosas.
Oh, amado San Cipriano, te ruego compasión!
Que esta oración llena de esperanza toque tu corazón
y me alivie la ansiedad que tengo.
Por nuestro amor y felicidad perpetua, te imploro, abogado mío,
no me dejes sin tu misericordiosa ayuda. ¡Así lo espero de ti!.
Escucha mi petición, San Cipriano,
no demores más la llegada de ese ser que enternece mis sentidos.
¡Clemencia, mi Señor, ¡haz de mi ruego tu estandarte
para que no caiga en las redes de mi cárcel de infortunio!.
Yo lo/a amo, oh, Altísimo y glorioso Padre del sufriente,
conmigo estarás por siempre, dame bendición de rey…
y aquí estaré para tu gracia agradecer. Por Siempre!.
Amén.
¿Seré feliz después de esta oración? ¿Encontrare el amor? ¿Regresara?
Por supuesto, después de esta oración primordial es que tengas paz, pero no una paz efímera y pasajera, una paz que sobrepase todo entendimiento. La paz que viene de Dios, porque realmente, hicimos esta oración presentando nuestras peticiones y a su vez entregando nuestra voluntad sobre esa situación y ese ser que nosotros amamos.
Tenemos que tener fe y convincentes, pero no perder la paz y el gozo si la respuesta de parte de Dios, a través de San Cipriano no nos agrada, no podremos echarle la culpa, solo que quiere lo mejor para nosotros y a veces nuestros planes son diferentes a los de él para nosotros.
Pero tengamos fe, que, si es para ti, volverá y se quedará. No hay fuerza que los separe.