Poderosa oración a la preciosa Sangre de Cristo para todos los días
Dios, nuestro Padre Eterno, envió a esta tierra a su único hijo Jesús, quien vino a enseñarnos lo grande y poderosa que es la misericordia de Dios. En su corto camino en el plano terrenal, Jesús dejó grandes enseñanzas. Además su mayor muestra de amor fue morir en la cruz para limpiar con su sangre nuestros pecados. Por ello recita esta Poderosa Oración a la Preciosa Sangre de Cristo para todos los días.
La expresión Sangre de Cristo o Sangre de Jesús, representa una metáfora a la muerte expiatoria del Señor Jesús en la Cruz. Por el derramamiento de su sangre pudo realizarse la salvación de muchas almas pecadoras. Ya que su muerte es sacrificio, muestra de expiación en nuestro favor. Jesús se desangró en la cruz, derramó su sangre y murió por los pecadores del mundo.
La Sangre de Cristo tiene poder
Cuando enfocamos nuestra atención y nuestras oraciones hacia la Sangre de Cristo. Tendremos la gracia de gozar de su maravilloso poder, las bendiciones de sanidad, prosperidad, felicidad, amor y protección. Porque serán derramadas sobre nosotros como Jesús derramo su sangre en la cruz.
La Sangre de Cristo no solo tiene el poder de redimir nuestros pecados sino el de purificar nuestra conciencia para servir a Dios. Porque nos hace nuevas criaturas en Cristo, para glorificarle y para gozar de Él por una eternidad. Eleva esta Poderosa Oración a la Preciosa Sangre de Cristo para todos los días.
Poderosa Sangre de Cristo
Adorado y glorioso Jesucristo,
con el poder de tu Sangre Preciosa
y Milagrosa acudo a ti.
Porque eres el redentor del mundo y el hijo de Dios,
tu misión marcó la vida de muchos cristianos
que ahora viven para ti.
Además eres hombre poderoso
y maestro supremo
de las mejores enseñanzas de paz
y amor en este mundo,
tu presencia fue razón de esperanza y fe
para quienes estaba hambrientos
de gozar la gracia divina.
Con tu Poderosa Sangre de Cristo,
redimiste mis pecados
para hacernos salvos de tu misericordia,
limpiaste las faltas cometidas en honor
al inmenso amor que nos tienes.
Con la protección de tu sangre
sella y cancela toda potestad destructora en el aire,
en el fuego, en la tierra, en el agua.
Elimina toda magia devastadora y fuerza satánica.
También cubre con tu Sangre Cristo Adorado,
mi casa, mi hogar, mi trabajo, mi camino y mi andar,
que por donde mis pies pisen sean suelo libre
de la maldad del enemigo que acecha sin parar.
Asimismo no permitas que sus deseos perversos
toquen mi maravillosa vida que es
iluminada por tu presencia sagrada.
Que la prosperidad y la abundancia rebosen mi vida.
Y que tu amor infinito abarrote mi alma,
que tu palabra santa siempre sea la brújula
que guía mi vida y la de mis seres queridos.
Por ello, con tu Sangre Poderosa,
cancelo toda intención de perturbarme,
toda intención de mal ponerme, de verme caído,
toda intención de sufrimiento
y dolor en mi vida.
Por favor bendice Santo Cristo
con tu Sangre Milagrosa
mi existir y pasión de servirte a ti.
Ciertamente no permitas que nada
me perturbe ni me afecte,
que nada ni nadie me aparte
de tu maravillosa creación.
Para que Dios todopoderoso
me mantenga siempre de tu lado Santo Cristo
y que la sangre que derramaste por mí
me absuelva de los pecados que haya podido cometer.
Finalmente ayer, hoy, mañana
y todos los días de mí vida
espero por tu sagrado poder Sangre Divina,
me proteja y me haga un ser bondadoso, noble,
entregado al servicio de Dios y de la Iglesia.
Amén
La Oración tiene el poder de atraer a ti la Sangre de Cristo
Entregarte en santa oración cada día no solo permite afianzar la conexión con Dios y Jesucristo. Si no que tiene el poder de hacer que la Santa Sangre de Cristo te conceda protección y bendiciones a quienes pidan de su gloria.
Aclama piedad y socorro según tus necesidades, agradece los dones del Espíritu Santo y las bondades de la gloriosa voluntad de Dios. No permitas que las actividades diarias y el cansancio del día a día te impidan orar por todo lo que recibes.
La Sangre de Cristo es muy poderosa ante cualquier adversidad. Permite que te haga libre de los pecados y que proteja la fe y la devoción que sientes en tu corazón.