Oración a la virgen de Guadalupe para pedir un milagro económico ¡Muy poderosa!
Para ayudarte a superar las dificultades financieras, te hacemos entrega de una oración a la virgen de Guadalupe para pedir un milagro económico, que te ayudará a resolver esos problemas que tanto te afectan.
Pedir un milagro requiere de mucha fuerza interior, que toda nuestra energía se desborde y ponga las palabras precisas en función de que nuestra amada virgen interceda ante el Todopoderoso y se abran los caminos y las oportunidades.
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Encontrar las oportunidades para solventar la precaria situación económica, también exige de nosotros empeño. Esta hermosa oración para pedir un milagro económico a la santa virgen de Guadalupe pondrá ante nosotros las mejores opciones.
Escojamos con sabiduría, no nos dejemos engañar por la avaricia, con amor en nuestro corazón y la ayuda de Dios, saldremos del abismo. Podremos alcanzar lo anhelado para el bien propio y el bien común.
Oración a la virgen de Guadalupe para pedir un milagro económico
Los problemas financieros nos agobian hasta el punto de no encontrar salida. Obnubilados por sus efectos no vemos los caminos a seguir. Por esa razón, se hace imperativo la intermediación de la santa virgen de Guadalupe.
Purísima virgen de Guadalupe,
madre de Jesús en la tierra y en el cielo,
que cada día nos muestras tu bondad.
Morenita de Guadalupe, tesoro de Tepeyac.
Guárdame tu indulgencia, regocíjame con tu piedad
y en este día que a ti acudo,
perdona las faltas que he cometido.
Derrama en mi tu perdón.
Antes de pedirte morenita, ofréceme tu bendición.
Dame tu misericordia y tu abrazo protector.
En este oscuro momento,
debes saber santa madre de Dios,
que me encuentro en un lamento de desdicha y sufrimiento.
Madre mía no puedo lograr el sustento,
me agobia la desesperanza,
por eso, madre eterna, un milagro yo te ruego.
Sé que me escuchas, no lo dudo ni un momento.
Sé que me oyes, sé que me entiendes,
porque tú eres madre, porque tú eres grande.
Hoy lloro ante ti e imploro tu piedad.
Además, en este momento te pido un milagro especial,
que me saques de esta oscuridad.
La oscuridad de la carencia y la miseria.
Ayúdame madre santa en esta dificultad,
dame fuerzas para continuar
y levantarme de esta situación económica.
Madre de Dios, virgen santa,
intercede ante Dios nuestro señor,
para que abra mis caminos
y me presente las oportunidades.
Que me tienda su mano y me ayude con sus favores.
Él, que todo lo puede, el bienhechor de este universo,
que aleje las espinas que hoy se clavan en mi corazón
No me abandones madre, no me dejes solo.
Hoy más que nunca necesito tu apoyo y tu mano.
Dame tu amparo, ¡oh virgen de Guadalupe!
Concédeme el milagro que te ruego.
Confiéreme abundancia,
dame la alegría de llevar el sustento a mi hogar.
Otórgame la dicha de salir de esta
situación económica que me embarga.
Madre santísima, morenita mía.
Un milagro económico vine a pedirte este día
¡Oh virgen de Guadalupe!
Los milagros concedidos por ti te hacen piadosa.
Tú tienes la fuerza y la bondad
para hacer que mi suplica se convierta en realidad.
Tú que estas con Dios en los cielos,
intermedia por mí en este duro momento
en que no tengo dinero para proveerme el sustento.
Concede el milagro santísima virgen morena.
Mi corazón yo te ofrezco,
mis oraciones y mis agradecimientos.
Claro que te encenderé luces y te llevaré flores
madre santa ante tu altar,
para que en ella derrames tu caridad y tu bondad.
Con todo mi corazón, te entrego mi devoción eterna.
Finalmente gracias madre virgen de Guadalupe,
por este milagro que hoy te pido.
¡Amén!
Pedir un Milagro
Todos los días presenciamos situaciones que obligan a solicitar la intermediación de Dios padre. Nosotros, un familiar, un ser cercano, un amigo, cuando nos sentimos agobiados acudimos a la ayuda divina para superar dificultades.
No obstante, el dominio de Dios sobre el universo permite que Él se haga presente y, conforme a su voluntad, ocurran acontecimientos que no pueden ser explicados a través de la razón. Entonces, estamos ante un milagro de Dios.
Finalmente, estos acontecimientos cambian las dificultades radicalmente y, en efecto, nos devuelven la felicidad y el bienestar. Para que esto ocurra, nuestra fe debe ser indoblegable y, también, la fuerza con que pedimos estos milagros inquebrantables.