5 Versículos de la biblia sobre la tristeza ¡Te ayudarán a sentirte mejor!

cinco versiculos sobre tristeza

Porque en esta vida encontraremos aflicción y muchas causas de dolor; nuestro Dios nos promete que estará junto a nosotros para darnos la paz y el consuelo que necesitaremos. A continuación te mostraremos 5 versículos de la biblia sobre la tristeza ¡te ayudarán a sentirte mejor! Además restaurarán tu fe y te harán sentir con ánimo y fuerzas para seguir tu camino.

🙏 5 Versículos de la biblia sobre la tristeza ¡Te ayudarán a sentirte mejor! 🙏

Probablemente te encuentres en una situación en donde piensas que no tienes salida o respuesta; pero aquel que nos llamó hacer valientes, tiene maravillosos planes para cada uno de sus hijos y no los dejará caer al suelo sino que con su mano los levantará y cada circunstancia forma parte del plan de Dios que es perfecto.

Índice()
  1. 5 Versículos de la biblia sobre la tristeza
  2. El Dios consolador

5 Versículos de la biblia sobre la tristeza

Ya que nuestro Padre Celestial no dejará que nos perdamos en las tristezas de este mundo, nos guardará en todo momento del mal que nos acedía. Por ello te presentamos estos hermosos versículos que te llenarán de plenitud.

Él enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. Apocalipsis 21;4.  Nuestro Padre en el instante de dolor más agudo de nuestra vida, nos promete que nos limpiará toda lágrima del rostro, él mismo nos consolara y se llevara el dolor; porque pasarán esos momentos de angustia.

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Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo. Salmos 55;22. Tenemos un Padre que se preocupa por nuestro bienestar en todo momento, por lo tanto no quiere que llevemos cargas pesadas como lo es el sufrimiento y frustración. Por ello Dios quiere que dejemos todas nuestras penas a sus pies, pues él tiene el poder para vencerlas y no permitirá que su hijo desmaye día a día.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Mateo 5;4. Nuestro mismo Dios nos dará el gozo después de cada quebrantamiento, su bienestar estará en aquellos que confían en él. Por lo tanto nuestro Señor no mira ninguna de nuestras lágrimas en vano, él mismo las limpiará.

Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del poso de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán y confiarán en Jehová. Salmos 40;1-3. Dios no se olvida de sus hijos en sus peores temporadas, él oye las oraciones pidiéndole de su ayuda; él será la fortaleza de los débiles, limpiará las tristezas del corazón del abatido, y los levantará en su gran amor para que todos miren sus misericordias que nunca se acaban.

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. 2 Corintios 1;3-4. En ese momento de angustia en donde gana la tristeza y padecimiento; debemos clamar a Dios y alabar su nombre, pese a las circunstancias y pronto él nos dará su consuelo en medio de la amargura. Por ello esos momentos son pasajeros y aprenderemos a llevar del buen consejo de nuestro Padre a quien lo necesite.

El Dios consolador

Porque Dios nos ama no nos dejará en el suelo en el momento del sinsabor; vendrá a rescatarnos y a sujetarnos con sus lazos de amor. Asimismo llenará cada vacío que pueda quedar en nuestro corazón; nos sumergirá en su presencia, trayendo de su consuelo y salvación.

Ya que Dios es nuestro Padre Celestial, se preocupa de nuestro bienestar, nos enseñará por medio de aquellos crudos momentos que en él podemos encontrar la salida a cualquier problema. Por lo tanto en nuestras angustias clamaremos a nuestro Padre y él nos sostendrá, llevándonos en sus brazos de amor y clemencia hacia el lugar de reposo, que es su presencia.

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