¿Cuál es el apóstol más rápido de la biblia? Descubre la verdad

Amigo lector, la palabra del Señor muestra en algunos versículos, ¿cuál es el apóstol más rápido de la biblia? Esta conclusión surge, después que Jesús fue crucificado en el Gólgota, y sepultado en un huerto cerca de ese lugar; resulta más interesante responde esta pregunta, porque muestra cómo nuestro Señor Jesucristo resucitó de entre los muertos; y este apóstol fue el primer y más rápido en llegar al sepulcro, y creer en la resurrección de Jesús. Te invito a conocer el nombre de este apóstol.
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El apóstol más rápido de la biblia
Jesús, cargando su cruz salió a un lugar llamado Gólgota donde le crucificaron y después de una fuerte agonía entregó su espíritu al Padre; cumpliendo lo escrito le traspasan el costado para asegurarse que estaba ya muerto.
Un discípulo de Jesús, llamado José de Arimatea; fue osadamente y rogó a Pilato para que le entregaran el cuerpo de Jesucristo; Pilato después de verificar que realmente Jesús estaba muerto, mandó a que a este discípulo fuera entregado su cuerpo.
José de Arimatea, lo tomó y lo puso en un sepulcro nuevo, envuelto en una sábana con especies aromáticas; colocó a la entrada del sepulcro una piedra y se fue. Entonces los principales sacerdotes ubicaron dos guardias y sellaron la piedra para que nadie robara el cuerpo de Jesús y crearán una supuesta mentira sobre su resurrección (Mateo 27).
Al pasar el día de reposo, María Magdalena y maría la madre de Jacobo, compraron especias aromáticas para ungirle; y muy de mañana, fueron al sepulcro; pero mientras caminaban se preguntaban entre sí, quién les quitaría la piedra que está en la entrada.
Al acercarse, se percataron que la piedra había sido removida; y un muchacho vestido de ropas muy blancas, como el aspecto de un ángel, estaba sentado en ella; entonces se asustaron en gran manera; "Más él les dijo: No se asusten; buscan a Jesús nazareno, el que fue crucificado, ha resucitado, no está aquí; pero vayan a sus discípulos y a Pedro, que él va delante de ustedes a Galilea". (Marcos 16: 6-7a)
Carrera al sepulcro
Seguidamente, esas mujeres fueron obedientes a la voz del ángel y corrieron a contarlo a los apóstoles; y saliendo Simón Pedro y el otro discípulo que Jesús amaba; corrieron hacía el sepulcro. Ellos corrían al mismo tiempo; pero el otro discípulo corrió más rápido que Pedro, llegando primero al sepulcro de nuestro Señor.
Este se detuvo enseguida en la entrada, miró los lienzos donde Jesús estaba envuelto; enrollados donde estaba su cuerpo; y este discípulo no entró al sepulcro.
Tras él llegó Pedro, y entrando al sepulcro vio los lienzos enrollados, y el sudario que Jesús tenía en su cabeza, no puesto con los lienzos; sino en otro lugar. "Entonces entró también el discípulo que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó". (Juan 20:8)
Conocemos por la biblia que el apóstol que llegó primero al sepulcro, siendo el más rápido en cuanto a velocidad y credibilidad se refiere; por cuanto la palabra hace énfasis de que él creyó; es el apóstol Juan.
El pescador que decidió dejarlo todo, por seguir a Jesús, junto a Simón Pedro, Andrés y Jacobo; en la pesca milagrosa que Cristo les concedió para que así fuesen pescadores de hombres. Siendo este discípulo parte del grupo más cercano a nuestro Señor Jesucristo.
Juan el apóstol más rápido
Juan, es considerado el apóstol más rápido de la biblia, por correr tan aprisa hacia el sepulcro de su maestro; pues él quería ver por sí mismo, el cumplimiento de la palabra que Jesús dijo en Juan 2:19 afirmando lo siguiente: "Destruyan este templo y en tres días lo levantaré".
El apóstol más rápido creyó y continuó la obra que Jesucristo le encomendó, antes de ascender al reino de Dios; llegando a recibir la revelación del fin de los tiempos, que termina por escribir en el libro del Apocalipsis.
Así como Juan creyó sin dudar que Jesús resucitó, y corrió rápidamente a comprobarlo; desde allí se esforzó a cumplir con la obra que Jesús le dejó en la tierra como pescador de hombres. De igual manera, debemos hacer nosotros, creer en él y correr a sus pies; declarando que nuestras manos están listas para continuar con la obra; rescatando almas en su nombre.