¿Cómo ser monja? ¿Se puede ser monja teniendo hijos o sin ser virgen?
¿Cómo ser monja sin ser Virgen? Entregar la vida a Jesucristo, es una decisión muy difícil de tomar. Más aún si esto se presenta a temprana edad. Pues para transformarse en monja se han de dejar muchas cosas de lado, paseo, fiestas, chicos, amigas y todo ese mundo que envuelve a los jóvenes. Pero, hay algo que no se debe evitar: acudir al llamado del nuestro Señor Jesucristo. Aclararemos algunas dudas: ¿Cómo ser monja? ¿Se puede ser monja teniendo hijos o sin ser virgen?
Se requiere valor y determinación para elegir el camino de Dios en su máxima entrega. Pero también se necesita de consciencia y entendimiento de lo que en realidad esto implica. Debido a la variedad de oportunidades que se presentan actualmente ante la sociedad. Se ha vuelto un poco difícil que las jóvenes desarrollen esta vocación de servir a Dios.
Anteriormente, para las mujeres solo existían dos opciones, quedarse en casa cuidando de su familia, esposo e hijos o hacerse religiosa. Pero en estos tiempos modernos, para que una joven decida hacerse monja debe enfrentar muchos obstáculos. Empezando por la familia, ya que este hecho no se ve como privilegio sino como frustración.
Existen muchas opciones que ofrece la sociedad. Las chicas pueden elegir diferentes carreras en las que convertirse en profesionales y obtener empleos satisfactorios y bien remunerados.
¿Qué se necesita para convertirse en una religiosa?
Comúnmente una joven puede hacerse religiosa a partir de los 16 años. Pero si antes de esa edad ya se ve de manifiesto el deseo y la vocación. Puede irse relacionando con ese mundo, buscando información, asistiendo a los conventos y conociendo a sus hermanas. De tal manera que al cumplir la edad reglamentaria, pues tenga más profundo conocimiento sobre el mundo a donde se instalará a servir a Dios.
La primera y más importante señal es el llamado de Dios. Es ese sentimiento de concebir la necesidad de entregar todo por nuestro Dios. De regalar la vida y ponerla a su disposición para que tome poder de ella. Cuando la vocación es verdadera se presenta el espíritu de la orden y ha de hacerse un discernimiento vocacional. Donde se conoce y se perfeccionan las aptitudes para seguir el camino al servicio de Dios.
También se debe tomar en cuenta los deseos de consagrarse a Dios y de cumplir su voluntad. Tener claro que se tendrá una intimidad con el Señor en total entrega a su servicio lejos de muchas cosas del mundo. Se debe tener la capacidad de vivir en comunidad. En clausura, trabajo en común y estar dispuesta a una vida de sacrificios, pobreza, humildad, obediencia y sobre todo castidad.
¿Cómo ser monja sin ser virgen? La maternidad en el mundo de las Religiosas
Cuando Dios decide hacer el llamado para que un alma se encomiende a servirle en su totalidad, es porque nuestro Señor desde los cielos ha podido ver cualidades especiales. Por ello no hay restricciones cuando Dios se presenta y designa su misión. En tal sentido, si una mujer ha perdido la pureza y la virginidad, esto no es impedimento para convertirse en religiosa, siempre y cuando este suceso no haya marcado huellas negativas en su vida.
Ahora bien ¿Cómo ser monja? ¿Se puede ser monja teniendo hijos o sin ser virgen?, si la mujer o la joven que desea entregarse al Señor y encomendar su vida a servirle plenamente a Él. Tiene hijos que han nacido de su vientre, pues esto tampoco sería motivo o razón alguna para que no pueda convertirse en Monja. Lo que sí es relevante aclarar es que estos hijos no deberán estar bajo su responsabilidad. Ya que congregarse como Religiosa amerita total entrega y dedicación.
Las Religiosas son mujeres luchadoras en nombre de Dios
Desde años atrás y a través de la historia. Se ha conocido el rol que las mujeres han jugado en la sociedad. Fueron siempre menospreciadas y echadas a un lado porque se hacían ver como débiles e indefensas. Pero fueron las Monjas quienes demostraron el inicio de esa liberación y lucha ante la igualdad.
La vida religiosa fue la que abrió muchas áreas de trabajo a la mujer. Pues había monjas dirigiendo conventos, hospitales, colegios y otras instituciones cuando aún no era común ver a la mujer en esos cargos.