¿Conoces qué tan importante es orar por los hijos? ¡Descúbrelo!

Muchos padres deseamos mantener a nuestros hijos como dentro de una bolita de cristal para que nada malo les pase. Pero es una falsa ilusión que no tiene basamento, pues ellos deben aprender a enfrentarse a la vida. Buscar su propio camino y encontrar en Dios el propósito de su existir. Pedir a Dios por su protección es buena forma de cobijarlos, ¿Conoces qué tan importante es orar por los hijos? ¡Descúbrelo!
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Entregar a manos de Dios el cuidado de nuestros hijos es proveerles de una coraza celestial que los llevará por la vida libres de todo mal. En las sagradas escrituras encontramos ejemplos donde la petición a Dios se enfoca en casos particulares. Salvación, amor, honestidad, justicia, misericordia, bondad, generosidad. En fin, son amplias las enseñanzas que Jesucristo dejó plasmadas en la Biblia para la oración de los hijos.
¿Conoces qué tan importante es orar por los hijos? ¿Cómo pedir por mis Hijos de una forma efectiva?
Mantener a nuestros hijos protegidos por la gracia de Dios es compartir con Él su voluntad y su crianza. Pues tanto como son nuestros hijos también lo son de él. ¿Conoces que tan importante es orar por los hijos? ¡Descúbrelo! Cuando nuestros ojos ya no alcanzan a ver los pasos que dan, cuando crecen y se alejan lejos de nuestros brazos que los cobijen. Para que nuestra oración sea efectiva, debemos hacerlo de la siguiente manera:
- Sé muy claro y preciso al momento de hacer tu petición.
- Sustenta tus oraciones con pasajes bíblicos y procura que al momento de orar sean pronunciados en voz alta. Escuchar tu propia voz al leer la Biblia fortalece y ratifica la fe en Dios.
- Escribe tus oraciones para que puedas recitarla constantemente. Recuerda colocar la fecha en que la escribiste para estimar el tiempo en el que Dios atendió a tu pedido.
- Entrega tu oración a la voluntad de Dios. Permite que Él tome tus pensamientos y te guíe a implorar lo que es mejor para tus hijos según su divina voluntad. Permite que te muestre en la Biblia pasajes. Dios hará saltar alguna página con un texto especial como muestra de su voluntad. Anótalos para que sean parte de tus oraciones.
- Entreguemos nuestros hijos a Dios como hijos también de Él, nos brindará no solo el apoyo para su crianza. Si no que nos ayudará a aceptar que son creados por Él con sus defectos y virtudes.
Presentar en oración a nuestros hijos delante de Dios
A pesar de que los hijos sean parte de ti, se hayan formado con un pedacito de ti, no implica bajo ninguna condición que te pertenezcan. Son seres prestados por la gracia de Dios quien nos otorga la oportunidad de educarlos, criarlos y formarlos de la mejor manera posible. Para prepararlos al servicio de Dios y de la Iglesia.
Nuestra función de padres no es solo alimentarlos, darle una educación en conocimientos y principios de valores. Es también ofrecerle una educación cristiana desde muy temprana edad para hacerlos verdaderos hijos de Dios y que le acepten en su vida como parte de ella. Por tal razón es nuestro deber presentarle cada día nuestros hijos a Dios y permitir que forme parte de la protección que tanto necesitan.
La importancia de pedir a Dios por el futuro de nuestros hijos
La oración a Dios por nuestros hijos no es solamente para que estén protegidos o para que nos ayude a solventar algún momento difícil. Si no también para entregar sus vidas a manos de Dios. Para que Dios a través de su voluntad pueda hacerlos en el futuro verdaderos hombres y mujeres de bien.
La importancia radica en que si desde la infancia entregamos en oración a Dios el futuro de nuestros hijos y constantemente pedimos por su porvenir. Por su crecimiento personal, su realización, su felicidad y estabilidad emocional. Entonces será un trabajo de constancia que se irá formando en su camino con la fuerza poderosa de Dios.
Son oraciones de espera que se verán manifestadas en tiempos futuros, donde el éxito, la prosperidad, la abundancia y el amor. Se verán expuestas en sus vidas siendo ya adultos responsables, productivos a la sociedad y misioneros de Dios.