¿Por qué Jesús condena a los fariseos? Descubre la verdad

por que jesus condena a los fariseos

Amigo lector, aunque existen diversas fuentes de información histórica acerca de quienes eran, que pensaban y que representaban aquellos fariseos en el judaísmo del tiempo del Señor. Hay varias historias en los Evangelios y  Hechos de los apóstoles, conduciendonos al conocimiento sobre las características predominantes de los Fariseos; por lo cual estudiaremos a continuación el, ¿por qué Jesús condena a los fariseos?

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Índice()
  1. Jesús condena los actos de los fariseos
  2. Dios nos guía a una mejor vida

Jesús condena los actos de los fariseos

Los fariseos, eran una secta predominante y de mayor influencia en el pueblo Judío, como podemos escudriñar en el nuevo testamento; a menudo aparecen entre los oponentes al Señor Jesús, a causa de su intolerancia para con los demás, y su tendencia a poner más énfasis en los asuntos externos, que  verdaderamente en las cosas importantes.

Los fariseos, predominaban por ser hombres instruidos, eran educados y conocían la ley;  eran judíos intelectuales y con gran influencia política y social. Mostraban y defendían su ideal de una manera fuerte, considerando que su pensar estaba por encima de otras personas. Creían en la inmortalidad del alma, la vida después de la muerte, y la resurrección de los espíritus buenos en cuerpos eternos.

Creían en el destino de la vida; pero, asimismo, se consideraba libres y personas que tienen decisión propia; ya que, Dios manejaba cualquier cosa, pero respetando su libre albedrío; Obedecían a la tradición acerca de los ritos de adoración y obligaciones religiosas.

Sabemos que el Señor Jesús, conoce las intensiones del corazón; literalmente no hay nada que no sepa, o se le pueda escapar de las manos, y sabiamente respondía a cualquier persona que le hiciera preguntas; para refutar estas características de los fariseos.

Hablaremos de ellos a través de la biblia como lo afirma Mateo 23:1-3 declarando: Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que les digan que guarden, guárdenlo y háganlo; mas no hagan conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.

Mantenían una exhaustiva reglamentación de los mandamientos de la Ley; eran muy minuciosos hasta en los detalles más mínimos como lo afirma Marcos 7:3-4 diciendo: “Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen”.

Mantenían una estricta vigilancia sobre Jesús; acerca de lo que podía o no podía hacerse durante el día de reposo.  Se deduce de todo ello, que existía alguna reglamentación sobre el mismo como lo afirma en Marcos 3:2 diciendo: “Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle.”

Pero ellos mismos quebrantaron la ley de Dios, que se esforzaba en cumplir con detalle, dejando el mandamiento de Dios; puesto que no honraban a sus padres, con tal de guardar sus tradiciones.

Por tales motivos el Señor Jesucristo, siempre los condenaba tal como lo describe la biblia en Mateo 23:23-33. Siempre buscaban la manera para que el Señor cayera en sus malas intenciones; pero siempre supo cómo responder a todas sus preguntas, dejándolos al descubierto como mentirosos o falsos ante la ley de Dios. Por esta razón, hicieron todo lo posible porque se le hiciera un juicio a Jesús hasta llevarlo a la muerte y es a ellos, a quien se les atribuye su muerte.

A pesar de que los fariseos ayunaban dos veces por semana, cumplían con el rito del diezmo, guardaban el sábado y daban limosnas; nunca lo hacían de corazón, sino para recalcar y poder influenciar antes las demás personas que ellos eran mejores.

y como pretexto haceis largas oraciones

Dios nos guía a una mejor vida

Dios aborrece las malas intenciones del corazón; por eso debemos tomar en serio la palabra de Dios, que nos instruye al bien, y nos guía por las sendas de la justicia. Dispongamonos a caminar en obediencia y humildad, cumpliendo con las virtudes del Espíritu Santo, que nos insta a vivir una vida santa, sin pecado, y acepta al Señor Jesucristo.

Presentando nuestra vida delante del Señor, como hombres de buena moral, y ayudar a nuestro prójimo en todo momento; sin acepción de personas; porque por la falta de esto, Jesús condena a los fariseos del siglo XXI.

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