Juan 4:10 - El verdadero amor de Dios según la Sagrada Biblia

nuestro amor verdadero dios

Amado lector, sabemos que el amor es un sentimiento que se refleja a través de nuestras acciones, demostrándolos con hechos hacia las demás personas; pero solo existe un amor verdadero y único que viene de Dios; por tal razón estudiaremos, El verdadero amor de Dios, según la sagrada biblia. (1 Juan 4:10)

https://www.youtube.com/watch?v=GUeJNSLUCIk

Índice()
  1. El verdadero amor de Dios
    1. Dios es amor
  2. Confiando en el Señor

El verdadero amor de Dios

1 Juan 4:10, En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros; y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

Dios es amor, esta es la revelación suprema y propia de la fe cristiana. Hablamos de un Dios bueno y misericordioso, sabiendo que el dinamismo del amor anima a toda la creación; y Dios es la fuente de ese amor. En versículo de 1 Juan 4:10, afirma que el amor de Dios y el amor al prójimo no se pueden separar.

Si bien nosotros ya lo sabemos y Juan nos da razón de ello: el amor viene de Dios, tanto es que Dios nos amo primero; entonces ahora nosotros somos capaces de amar a Dios. Amando al prójimo fielmente y su mismo amor que permanece en nosotros.

Juan relacionaba el amor de Dios con la fe en Dios: el verdadero creyente es el que cree antes que nada en el amor de Dios. El nos ha amado y elegido desde la eternidad; y lo ha demostrado cuando envió a su Hijo Jesucristo a ese sacrificio.

estare siempre contigo

Siempre que nos anime el amor verdadero de Dios, nunca tendremos sentimientos de superioridad o pensemos tener méritos como los que se sientes dueños de sus buenas obras; solamente nos damos cuenta que el amor de Dios actúa a través de nosotros.

Así se justifica la vida que se entrega para servir con cariño a las personas necesitadas, abandonadas, enfermos y personas de la tercera edad que son inútiles para la sociedad.

Dios es amor y nos pide creer en su Hijo, y la fe es la victoria. Juan escribió en el libro del Apocalipsis para alentar a los creyentes perseguidos mostrándole la victoria que se comparte junto a Cristo por el solo hecho de creer.

Nuestra mayor victoria será conquistar nuestra herencia de ser hechos hijos e hijas de Dios, es decir la eternidad misma de Dios; creer en el amor de Dios es alcanzar la verdad.

Dios es amor

Cuando amamos a Dios con toda certeza, sabemos que amamos a los hijos de Dios, como los describe Juan 4:20, el que ama a sus hermanos es el que ama a Dios.

Hay muchas cosas que se llaman amor, y tal vez todas tienen algo de amor, pero con amor más o menos; el amor de Dios hacia nosotros, es imposible de confundir con otros amores. El amor que procede de una comunión autentica con Dios, no se parece al amor sentimental, o ciego, o interesado. Es único, eficiente, tanto para liberar al que amamos como para transformarnos a Cristo.

Siendo que el amor de Dios es único e inigualable, siempre nos exhorta a la obediencia por amor a él, tanto que nos prueba para saber si le amamos con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma, y poniendo por obra todos sus mandamientos nos insta a guárdalos y solo escuchar su voz para servirle y seguirle.

Ese amor tan grande de Jehová, nos guarda de todo mal, como lo describe en el libro de: salmos 97:10, Los que aman a Jehová, aborreced el mal; el guarda las almas de sus santos, de mano de los impíos los libra.

El amor de Dios en nuestras vidas, abarca dos grandes y únicos mandamientos: Deuteronomio 6:5; y amaras a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.

Confiando en el Señor

El amor de Dios nos da medida buena y rebosante de bendiciones en nuestras vidas, y cumplir con sus dos grandes mandamientos; nos llenara de paz y la prosperidad, abundancia y las riquezas que necesitamos.

El hablar de Dios que ama a los hombres, pues los ama con una mirada de bondad universal, pues el elige a los que ama, y todos pasamos a ser el todo de él. Como lo describe Pablo 8:31-39, quien nos escogió desde antes de la fundación del mundo, y nada nos separa del amor de Dios, ni siquiera la muerte.

Subir