Lecciones del Buen Samaritano para todo cristiano

No es fácil vencer el racismo y la discriminación en este mundo. Lamentablemente actitudes como estas abundan en personas de todas las ideologías y creencias. En cambio un cristiano verdadero nunca debería manifestar este tipo de ideas, pues todos somos la obra del Creador y debemos tener en cuentas las lecciones de un buen samaritano cristiano.
A pesar de ello, el estar expuestos constantemente a esos pensamientos, podría afectar nuestro modo de pensar, y al ver a alguien de diferente nacionalidad, cultura o color de piel, sentir incomodidad e incluso antipatía hacia esa persona. Sea o no nuestro caso, a continuación te dejamos en esta sección, algunas lecciones.
Una historia sobre el amor al prójimo
La mayoría de los cristianos conocemos esta historia. Si no es tu caso puedes encontrar esta ilustración en Lucas 10:30-37. Pero para que tengas un mejor contexto sobre a quien iba dirigida, léelo desde el versículo 25. Ahora bien ¿por qué es tan significativo este relato?
Bueno porque se nos habla de un hombre de nacionalidad samaritana ayudando a un judío como si fuera un hermano. En tiempos de Jesús los judíos despreciaban profundamente a los samaritanos, por ideologías de superioridad racial y diferencias religiosas. Por tanto, los samaritanos pagaban con la misma moneda.
Jesús conocía muy bien el odio que se tenían, pues hasta él mismo fue víctima de ataques por parte de otros líderes judíos que de forma despectiva y como un insulto lo llamaban "samaritano". (Véase Juan 8:48) Y aunque fue una historia sencilla, el Maestro supo como llegar al corazón de quienes lo escuchaban. Ahora bien ¿Qué lecciones podemos extraer del Buen Samaritano?

Lecciones del Buen Samaritano
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Haz el bien sin mirar a quien
Posiblemente ésta sea la lección principal que podemos extraer de este relato. Jesús empezó a contar esta historia porque un hombre que conocía el mandamiento "Ama a tu prójimo como a ti mismo" le preguntó al Maestro "¿Quién verdaderamente es mi prójimo?"
Por tanto Cristo dejó claro que el prójimo va más allá de los límites culturales y raciales. Nuestro prójimo es cualquiera que lo necesite, incluso un extraño. De manera que nunca debemos dejar de hacer lo correcto, porque creamos que alguien no merece nuestra ayuda.
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Practica lo que predicas
Además de la buena acción del hombre Samaritano, también podemos destacar el comportamiento de los dos hombres que pasaron antes y no ayudaron al hombre herido. ¿Recuerdas quienes eran? Un Sacerdote y un Levita, que iban a adorar al templo. Hombres muy religiosos, que de hecho eran maestros de la ley y sin duda conocían el mandato de ama a tu prójimo como a ti mismo.
Ahora bien ¿lo pusieron en práctica? No. Ninguno se detuvo a ayudar a su hermano judío. Por tanto cuida que tus acciones coincidan con lo que predicas y con los valores que quieres inculcar en tu familia y amigos.
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Se humilde y evita presumir
Esta lección tiene que ver con el hombre al que le fue contada la historia. El contexto muestra que también era un maestro de la ley, por tanto quizás su intención era demostrar que sabía más que el Maestro Jesús. De hecho el evangelio indica que quería demostrarle que era un "hombre justo" y que él aplicaba los mandatos de la ley mejor que cualquier otro. Sin embargo se llevó una decepción al ver que todavía le faltaba mucho para "amar a su prójimo" como debía ser.
En nuestro caso sea que tengamos un don especial o alguna habilidad sobresaliente, es mejor ser humilde y estar dispuesto a ser enseñados por otros. De esa manera seremos sabios y recibiremos un conocimiento más pleno de la sabiduría divina que nos ayudará a emplear nuestros dones de la mejor manera.
De forma breve pero concisa hemos visto algunas lecciones sobre esta maravillosa historia, pero no son las únicas. Estamos seguros que si analizas y meditas por tu cuenta este relato podrías encontrar más lecciones prácticas en tu vida. La próxima vez que veas a alguien padecer necesidad, ten en mente esta enseñanza y no dejes de hacer lo bueno. Sea un extranjero, refugiado o paisano demuestra tu generosidad cristiana, pues Dios que todo lo ve, te recompensará si sigues el ejemplo.