Poderosa oración por los hijos jóvenes ¡Protégelos de todo mal!

Dicen que la palabra “adolescente” tiene que ver con el periodo que el joven adolece por los cambios que está viviendo, entre la niñez y la adultez. Además de los cambios que viven, también habrá atropellos que les afectará directa o indirectamente. Para eso traemos una poderosa oración por los hijos jóvenes ¡Protégelos de todo mal! Si te concentras al leerla y tienes fe, verás la protección en ellos.
Aunque no tengan la madurez suficiente, estamos seguros de que el Espíritu Santo los sabrá dirigir, llevándolo a lugares de protección. Por tal motivo también es importante acudir a la deidad: Dios padre, Dios hijo y Dios Espíritu Santo. Justos forman al mismo Dios, que trabaja mancomunadamente para guiar a los hijos jóvenes a delicados pastos.
Oración por los hijos jóvenes
Es importante entender que la Fe es como la gasolina que un automóvil necesita para correr. Si no tenemos Fe, nuestro milagro no podrá accionar.
Por los hijos jóvenes, vamos a confiar en que la sangre de Cristo tiene el poder de protegerlos y pidamos paciencia, para confiar mientras esperamos. Repite esta oración por los hijos jóvenes ¡Protégelos de todo mal!
Amado Dios,
hoy vengo delante de ti
porque quiero agradecer
todas tus bondades.
Tu amor incomparable
hace que lo imposible se vuelva posible
y que lo intangible,
se pueda sentir.
Por eso, confío en que en tus manos
mis hijos estarán protegidos,
pues los guardas bajo tus alas.
Dirige sus pasos a
donde quiera que vayan,
para que así sepan
qué es lo quieres para ellos.
Sé que a su edad
vienen decisiones erradas y que
sus pensamientos son muy inquietos.
Están aprendiendo muchas cosas y
quizás se han sentido confundidos,
pero contigo se sentirán protegidos y
no habrá ningún tormento
en su mente que los dañe.
Protégelos del aislamiento,
que la soledad no venga a ellos,
sino que con tu dulce voz
sientan seguridad y compañía.
Háblales de tu amor y
de todo lo que ves en ellos.
Muéstrales cuáles son las amistades
que edificarán sus vidas y
enséñales a hablar con amor a otros,
de ese amor que exhorta
y no causa daño,
sino que mantiene las mejores relaciones.
En esta etapa los hijos jóvenes
sienten el anhelo por cumplir metas,
te pido que las metas que se plantean
sean parte del propósito
que tienes para ellos.
Te pido por los hijos jóvenes que
son abusivos y que quieren
causar algún daño,
protégelos para que
nada malo les pase y que sus
malos pensamientos sean disipados.
Ellos no tienen la culpa de su conducta,
son los espíritus malvados que
los están dirigiendo a causarles daño a otros.
Contigo, amado Dios,
ellos conocerán de los caminos
de salvación y querrán seguirte.
Dios, protege también
a los hijos jóvenes que son retraídos,
que por alguna razón
no tienen confianza en sí mismos.
Ayúdalos a tener una actitud que
los aleje del mal y los
mantenga protegidos.
Si los diriges, amado Dios,
no habrá mal que pueda
venir sobre ellos.
Si los haces sentir seguros,
buscarán tus alas y
se mantendrán cerca de ti.
Hoy aplico la sangre
de Jesucristo sobre ellos,
para que nada los toque.
Que no haya peligro
ni amenaza sobre ellos,
que no haya condenación y
el dedo acusador se aleje de ellos.
Te pido que ellos se sientan valorados,
amados y apreciados por ti, primeramente.
Que, al salir a compartir con sus amistades,
el dardo del enemigo no los toque
y en la calle nadie les cause temor ni daño.
Mantenlos lejos de la delincuencia,
de los vicios, de la perversión,
que seas tú frente a ellos,
limpiando su camino,
para que nada los toque.
Porque contigo, ¡oh poderoso Dios!,
los hijos jóvenes continuarán
un crecimiento acorde a tu voluntad,
haciendo todo alineado a ti.
Sé tú con ellos,
en el nombre de Jesús.
Amén.
Aplicando la sangre de Cristo sobre los jóvenes
Sin duda, hay muchas tormentas que causan daño, de distintas maneras se han manifestado. Por eso esta poderosa oración por los hijos jóvenes los protegerá de todo mal. Ninguna asechanza vendrá sobre ellos si oras con Fe.
Es muy importante velar por el crecimiento de cada uno de ellos, recuerda que las acciones son producto de sus pensamientos. Mientras los pensamientos de ellos estén protegidos, las emociones y actos se alinearán a la voluntad de nuestro amado Dios, dirigiéndolo por el camino correcto, el que lo protegerá del mal.
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