¿Qué es la oración de Laudes? ¿A qué hora se hace?

El poder evidente que ejerce la iglesia católica en la humanidad, ha dirigido y determinado las prácticas que por muchos años han formado parte de la vida espiritual de muchas personas. Esta religión utiliza la oración de Laudes, para santificar sus mañanas y comenzar con buenas energías el camino que les espera.
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De allí que, si deseas la ayuda de dimensiones desconocidas para guiar y comenzar tus mañanas con buen pie, sería beneficioso que realices esta oración. Sentirás como tus días son más soportables en esta tierra, ya que, realizando esta plegaria, recibir la ayuda celestial que tanto deseas. Laudes, quiere decir “alaba”, por lo que esta oración es perfecta para agradar a Dios.
Cómo hacer la oración de Laudes
Esta plegaria forma parte de una celebración llamado: “La liturgia de las horas”, donde la oración de Laudes en conjunto con otras dos oraciones compone el ciclo perfecto para tener un día lleno del espíritu de Dios.
Esta trilogía se realiza como un culto para estar en completa comunión con el padre celestial y alcanzar sus bendiciones en nuestras mañanas, atardeceres o al descansar.
De entre estas celebraciones, te mostraremos como realizar la primera de ellas, debido a que su poder es determinante para encontrar el vínculo divino que necesitamos para enfrentar las angustias y dolores del mundo.
Oración de Laudes
Debemos comenzar con un verso de introducción: “Padre mío, te pido que vengas en mi ayuda”, a lo que podemos contestar “Que lo gloria y la honra sea para ti, seguidamente se comienza un himno, que normalmente es poético y se utiliza en celebración de misa, antes de entrar a ella. Esto nos permite comenzar la celebración en un ambiente divino.
Es muy importante tomar encuentra que, en la oración de Laudes, se toman 3 salmos, como base para sustentar las plegarias que en este oficio divino se dicen. El primero de ellos es el salmo 5,4-5, donde nos manda a escuchar su voz en las mañanas y a estar bajo su presencia.
Recordando que Dios no se complace de la maldad y que los insensatos no estarán bajo su protección, además anuncia que para los hombres engañosos y mentirosos habrá destrucción, mientras que los que confían en él, tendrán vida eterna.
Nuestro segundo salmo no se encuentra en este libro escrito por David, este suele buscarse en los cánticos que se localizan en el antiguo testamento. Es construido a través de diversas frases encontradas en otros libros sagrados, ellos nos ayudan a complementar la oración de Laudes.
Los salmos de alabanzas
Por último, debemos buscar un salmo de alabanza, ya que nuestras mañanas se comienzan agradeciendo y alabando al padre. Esto con el fin de darnos un día más de vida, para seguir disfrutando y cultivando obras bendecidas por él. Al finalizar esta fase de la oración, se podrían decir algunos versículos, si así lo desean.
Después se elevan unos cánticos llamados: el Benedictus, Magnificat y Nunca dimiffis. Estos son cantos evangélicos, que ayudan a la oración de Laudes para reforzar las alabanzas a Dios.
Evidentemente, son interpretaciones que deben hacerse de pie y haciendo la señal de la cruz. Para concluir, la oración se debe rezar el Padre nuestro y una plegaria, si así lo desean. Esto nos entregaría completamente a Dios, para que haga con nosotros la obra divina que está escrita en su palabra.
Este tipo de oraciones ha sido estudiado por largos años dentro de los ambientes, donde la iglesia católica se encuentra estableciendo su poder. Por lo que su efectividad en la vida de los creyentes está garantizada. Esta forma de conseguir acercarse a Dios es milenaria, de allí que sea tan prestigiosa para realizarla en las mañanas.
Evidentemente, todos queremos comenzar el día con buen pie, llenos de la presencia del espíritu divino. De hecho, un porcentaje muy alto de religiosos católicos utilizan esta oración, con la finalidad de estar todo el día bajo los efectos del Espíritu Santo, y no dejar que ningún ser maligno los incline a pensamientos e ideas oscuras.
Donde la armonía de Dios y su misericordia, se encuentran disminuida al cien por ciento, por entidades que inhiben la luz sagrada que cubren el alma pura de la humanidad.