De los 12 apóstoles ¿Qué apóstol murió primero?
Estimado amigo, como es bien sabido, Jesús de Nazaret vivió entre nosotros; compartió sus enseñanzas, manifestó la gloria de su Padre Celestial a través de grandes milagros, sanidades, señales y prodigios; y se proveyó de 12 discípulos, que más tarde los llamaría apóstoles; teniendo estos la autoridad dada por el Señor para también echar fuera demonios, resucitar muertos, sanar toda enfermedad, dolencia, entre otras. No obstante, los apóstoles padecieron con el Señor; mientras lo conocían. Pero, también con sus vidas; pues, no estaban exentos de ser martirizados, como fue el caso del primero de ellos. Conoce a continuación, ¿qué apóstol murió primero?
¿Qué apóstol murió primero?
La palabra de Dios nos habla en el libro de los Hechos de los apóstoles 12:1-2 diciendo: El rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para matarles. Y mató a espada a Jacobo hermano de Juan. El apóstol Jacobo, se convirtió en el primer mártir de la iglesia primitiva.
Dicho apóstol, el Señor Jesús lo llamó un día que remendaban las redes junto con su hermano Juan, en la barca de su padre Zebedeo; por cuanto eran pescadores, oficio que más tarde el Señor engrandecería para su gloria; al convertirlos en pescadores de hombres para que anuncien las virtudes de que los llamó de las tinieblas a su luz.
A estos 2 hermanos, Jesús los apellidó: Boanerges; esto es, hijos del trueno; debido a su temperamento tan volátil ante las circunstancias adversas; pero, en realidad su carácter era producto de algo que desconocían hasta ese momento; y el Señor, se los revelaría estando aún con ellos, y que posteriormente lo comprenderían con situaciones que vivieron.
Petición del primer apóstol que murió y su hermano
La madre de los hijos del trueno, se le acerca a Jesús para que le conceda que en su gloria, se sienten sus hijos; el uno a su derecha, y el otro a su izquierda; situación que no agradó al resto de los discípulos ni tampoco al Señor.
Sin embargo, es la oportunidad que Jesús tenía para enseñarles que él no vino para ser servido; sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos. Añade, además, que el que quiera hacerse grande entre ustedes, debe ser su servidor; y el que quiera ser el primero, será siervo de todos.
En un principio estos, no entendieron lo que Jesús hablaba; pues aún estaban sus corazones velados y endurecidos y no comprendían para qué fueron llamados. Como muchos que están en las iglesias; pero no sirven a favor del prójimo.
Pues, debemos de practicar el amor a nuestros semejantes, y la hospitalidad; ya que, cuando el Señor venga en su gloria y juzgue a las naciones; él les dirá a los que hicieron lo bueno, tal como se describe en Mateo 25:34-35.
Obras de misericordia
Afirmando: Vengan, benditos de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes, desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me diste de comer; tuve sed, y me diste de beber; fui forastero, y me recogiste; estuve desnudo, y me cubriste; enfermo, y me visitaste; en la cárcel, y viniste a mí.
Claramente, podemos ver que el Señor, requiere de nosotros buena hospitalidad, que practiquemos el amor con nuestro prójimo mediante las obras de misericordia corporales; así como también orar por ellos, y bendecirlos siempre; porque si no amamos al que vemos, ¿cómo podemos amar al que no vemos?
Y es precisamente, una pregunta clave que se hacen los justos, en el juicio: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? A lo que nuestro glorioso Rey responde: En cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños; a mí me lo hiciste.
Como Jacobo y Juan eran ya apóstoles de Cristo, necesitaban entender el punto anterior; para poder tener entrada al reino preparado por Dios. Volviendo al tema de Jacobo y Juan; que no les fue concedida su petición, y sin embargo, el Señor les permitió; que uno fuera el primer mártir entre los 12, y el otro, que le diera cobertura a María, madre de Jesús, después de la crucifixión de este.
Vivir para servir
Debemos también practicar que más bienaventurados es dar que recibir. Dios Padre no escatimó al mandar a su unigénito hijo Jesús de Nazaret, a morir por nuestros pecados; para posteriormente darnos la salvación. ¿qué apóstol murió primero? Hemos escudriñado, que el apóstol Santiago, también llamado Jacobo; pagó con su vida el precio de conocer la verdad de Cristo.