¿Qué dice la biblia de orar a los santos? ¿Está bien?
Son muchas las ocasiones en las que algunas personas nos preguntan "¿por qué orar a los santos? ¿No se supone que todas nuestras oraciones deber ser para Dios?" Rezar a los santos es rezar a Dios, fundamentalmente. Estamos rezando a aquellos que pueden pedirle a Dios que nos ayude en nuestras diversas necesidades de acuerdo con su voluntad.
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Cuando le pides a alguien que rece por ti, ¿estás adorando a esa persona? ¡Claro que no! ¡Es lo mismo cuando le pedimos a los santos que recen por nosotros! En nuestras oraciones a los santos les pedimos que "hablen bien de nosotros" con Dios en el Cielo. Ellos no son el centro de nuestra adoración, realmente es Dios a quien adoramos.
A este respecto, vale la pena señalar que muchas compilaciones de oraciones a los santos también incluyen oraciones de ellos, a nuestro Señor. Lo importante es recordar que todas estas oraciones tienen el mismo destino divino, para nuestra salvación.
La Comunión de los Santos
Cuando somos católicos, pensamos que nuestra vida no termina cuando fallecemos, sino que sencillamente cambia. Todos los que hemos mantenido una buena vida y morimos en la fe de Cristo, como la misma Biblia nos dice, compartiremos su resurrección.
Mientras vivimos juntos en la tierra como creyentes, nos encontramos en comunión, o unidad, unos con otros. Pero esta comunión no acaba cuando uno de nosotros fallece.
Solemos creer que los santos, los cristianos del cielo, persisten en comunión con los de la tierra. Conocemos esto como la comunión de los santos, y es un título de fe en cada credo cristiano desde el Credo de los Apóstoles en adelante.
¿Los santos pueden oírnos? ¿sí podemos orar a los santos?
Algo muy común que nos dicen es que se hace es que los santos del cielo no pueden ni siquiera escuchar nuestras oraciones, haciendo inútil pedir su intercesión. Pero como la Escritura indica, los que están en el cielo son conscientes de las oraciones de los que están en la tierra.
Esto es posible que lo veamos, por ejemplo, en Apocalipsis 5:8, donde Juan representa a los santos en el cielo ofreciendo nuestras oraciones a Dios bajo la forma de "cuencos de oro llenos de incienso, que son las oraciones de los santos". Pero si los santos en el cielo ofrecen nuestras oraciones a Dios, entonces deben ser conscientes de nuestras oraciones.
Son muchos los que podrían tratar de argumentar que en este pasaje las oraciones que se ofrecen no se dirigen a los santos del cielo, sino directamente a Dios. Sin embargo, este argumento sólo reforzaría el hecho de que los que están en el cielo pueden oír nuestras oraciones, porque entonces los santos serían conscientes de nuestras oraciones.
La diferencia entre la adoración y la oración
¿Por qué la confusión, tanto entre los no católicos como entre algunos católicos, sobre lo que significa realmente orar a los santos? Surge porque ambos grupos confunden la oración con la adoración.
La verdadera adoración (en oposición a la veneración o el honor) pertenece en realidad sólo a Dios, y nunca debemos adorar al hombre o a cualquier otra criatura, sino sólo a Dios. Pero, aunque el culto puede tomar la forma de oración, como en la Misa y las otras liturgias de la Iglesia, no toda la oración es culta.
Cuando rezamos a los santos, simplemente les pedimos que nos ayuden, rezando a Dios en nuestro nombre, como pedimos a nuestros amigos y familiares que lo hagan, o agradeciendo a los santos por haberlo hecho.