Salmo 91, Oración bíblica “Dios Habla Hoy” ¡El Señor es nuestro refugio!

En el Salmo 91, Oración bíblica “Dios habla hoy” ¡El Señor es nuestro refugio!, queda más que evidenciado que Dios es misericordioso y que solo bajo su divino amparo el hombre como tal. Puede levantar cabeza como cristiano. Pues ya sabemos que al hombre no le pertenecen ni sus propios pasos, y siempre debemos estar cubiertos con la santa voluntad de Dios.
Las personas que desconocen a Jehová Dios, como el Ser Supremo y digno de alabanzas. Quedan expuestas a las manipulaciones de Satanás y como fácil presa pueden sucumbir ante sus requerimientos.
Dios habla con su pueblo a través del Salmo 91
Ciertamente y es el caso, que en el Salmo 91, Oración bíblica “Dios habla hoy” ¡El Señor es nuestro refugio! Dios nos expresa que el que vive bajo la sombra protectora del Altísimo y Todopoderoso, gozará de la protección contra trampas ocultas.
Oh, poderosísimo refugio de los hombres,
bendito sea tu santo nombre.
Líbranos de toda peste y de toda la mala
intención de aquellos que nos envidian y que
nos adversan, sálvanos Padre Celestial
refugio de nuestras almas de todas las
calamidades que puedan encontrarse al
asecho en nuestro camino.
Oh Padre Celestial, no nos abandones jamás
y perdona nuestras deudas para poder ser
dignos de estar algún día ante tu Divina
presencia.
Oh Padre omnipotente y misericordioso,
llena nuestros corazones de bondad para con
nuestros semejantes y guíanos por el camino
de la verdad, ese camino lleno de espinas, y
por demás angosto, pero es el que
nos llevará a disfrutar de la vida eterna.
Escudo bendito protégeme, castillos de
refugio sálvame, sangre del cordero
embriágame, luz de tus ojos, no apartes de
mí tu mirada protectora.
Oh Bendito y misericordioso Dios de los
ejércitos en ti confio y dejo a tu cuidado
y bajo tu divina protección toda mi casa.
Oh poderoso Dios, cuídame en las noches de
oscuridad, cuando me encuentre lejos de la
protección de mi hogar.
Llévame siempre de tu mano y no me dejes
desviarme del camino del bien, ni aún en los
casos en que yo lo intente, protégeme
siempre, por favor ayúdame y dame las
fuerzas que necesito para vencer todas las
tentaciones.
No permitas que me separe jamás de mi
familia, más bien acércame a los que se han
alejados de mí para que juntos en familia
podamos siempre alabarte y rendirte
pleitesías como nuestro Dios y redentor
Divino.
Según el Salmo 91, tú eres mi Dios y Padre
Celestial, tú eres mi fortaleza y mientras, mil
caerán a mi izquierda y diez mil a mi derecha,
yo permaneceré incólume e intocable por tu
divina protección, pues nada me pasará.
Tú mi Señor y redentor nos dices que
veremos cómo los malvados reciben su
merecido y como la justicia tuya, se verá.
Oh creador de todo lo visible y lo invisible, de
lo material y de lo inmaterial, me levantarás
cada vez que tropiece y no me juzgarás con
injusticia, dice que eres tardo en la ira y raudo
para el perdón.
Tú, mi Señor, nos levantarás si tropezamos
con una piedra, tú limpiaras nuestros caminos
y también limpiarás nuestros corazones de
toda iniquidad, sabrás poner en nuestra
esencia el deseo de vivir eternamente para
poder compartir junto contigo el gozo del
Paraíso Terrenal.
Y satisfacer nuestra sed de alimento espiritual
junto con toda tu cohorte celestial y volver a
reencontrarnos con nuestros familiares y
amigos que partieron de este mundo antes de
nosotros.
Finalmente Padre Celestial, amoroso creador
hoy te pido que me contemples y que me
bendigas a mí y a todos los míos
en el nombre del Padre, en el nombre del Hijo
y en el nombre del Espíritu Santo.
Amén.
Hacer una oración a Dios Padre que es nuestro refugio, es una verdadera protección
Ciertamente es deber y obligación de todos los cristianos. Agradecerle a Dios porque nos protege de todos los males y los peligros que nos puedan esperar en cada instante de nuestras vidas.
También debemos agradecer a dios por darnos el pan de cada día y por todas las cosas materiales que tenemos. Pero por sobre todas las cosas debemos agradecerle por nuestra salud y las de nuestros seres queridos y también por gozar de libertad. Sobre todo de poder tener la libertad de culto, para poder adorarlo sin obstáculos.