¿Cuál fue el apóstol que caminó sobre las aguas? Conoce la verdad

La vida de Jesús de Nazaret fue apasionante, conmovió a grandes multitudes, debido a sus extraordinarios milagros y sobrenaturales prodigios; a parte de, sanar a muchos enfermos, y perdonar los pecados de los que habían transgredido la ley de Dios; en sí, un sinfín de cosas sorprendentes que el hombre natural, no puede hacer; y, en efecto, una de esas maravillas, es que caminó sobre el mar, apareciéndoseles a sus apóstoles. ¿Qué quería Jesús lograr con esto? Además, hizo también que uno de sus apóstoles caminara como él lo hizo. Conoce a continuación, ¿cuál fue el apóstol que caminó sobre las aguas? Y, ¿qué le sucedió?
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¿Cuál fue el apóstol que caminó sobre las aguas?
Primeramente, debemos entender que sucedió en ese episodio bíblico; donde el Señor se les aparece a sus apóstoles andando sobre el mar, como lo describe la Palabra, en San Mateo 14:24-25 diciendo: Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario; mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
Ahora bien, después de ese momento tan turbador; los apóstoles se asombraron y se espantaron mucho, viendo a su Maestro, llegar de esa forma; pues, pensaron que era un fantasma, y dieron voces de miedo; pero, él les da confianza y fortalece cuando les habla con firmeza diciendo lo expresado en San Mateo 14: 27 hablando: ¡Tengan ánimo; yo soy, no teman!
A veces, nos suceden situaciones y/o vicisitudes en nuestra vida, donde flaqueamos la fe en Cristo; permitimos que los fuertes vientos golpeen la barca donde estamos, y donde también esta nuestra familia; pero, bendito el Dios y Padre de toda consolación, conque puede fortalecernos, siempre demostrándonos que no estamos solos; pues, él no nos ha dejado solos, por cuanto es fiel en sus promesas, llegará justo a tiempo para salvarnos; siempre que confiemos en él.
Apóstol que caminó sobre las aguas
Seguidamente, uno de los apóstoles, le hace una petición asombrosa al Señor; quizás para comprobar que era su Maestro. Veamos, lo que sucedió, y ¿qué le dijo el Señor? Descrito en, San Mateo 14: 28-29 afirmando: Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él le dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
Claramente, se parecía, que la petición del apóstol Pedro, era de ir sobre las aguas hacia Jesús de Nazaret, solo hacia él. Y el Señor, le concede tal petición. Sin embargo, sucede algo inesperado, para este apóstol, algo que lo marcaría en su vida, modificando así su carácter de hombre llevado por los vientos, a ser, una piedra o roca firme en el Señor. Recordemos, que aunque eran apóstoles, aún estaban en el proceso de madurez.
El apóstol, hizo lo siguiente reflejado en San Mateo 14:30-31 afirmando: Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendió la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Error que cometemos los humanos, es el mirar lo que no debemos. Y este apóstol, no fue la excepción; pues, perdió el foco, que era ir a Jesús. De igual forma, podemos apreciar, que con la mirada en los propósitos del Señor, sin prestar tanta atención a los problemas, y fuertes vientos que a veces podamos confrontar, obtendremos el respaldo del Señor. Su amor y su misericordia siempre no guardarán de todo mal; él estará allí para socorrer a su pueblo.
No hay que dudar del Señor
¿Cuál fue el apóstol que caminó sobre las aguas? El apóstol Pedro, fue exhortado por el Señor, debido a que dudo de la orden dada por Jesús; pues, a él, como hijo obediente a su Padre, se le concedía sus peticiones.
Jesús caminó sobre el mar; porque el anda aún sobre nuestros temores, y solo en él podemos confiar plenamente. Por tanto, no debemos desmayar ante lo que el Señor, quiere que hagamos para su gloria. Permanezcamos en obediencia a sus mandamientos, ordenanzas y estatutos para poder ver su manifestación gloriosa en nuestras vidas, y en nuestras familias.