¿Cómo orar al Espíritu Santo para que venga ayudarme?

orar al espiritu santo

Amigo lector, en nuestra vida diariamente sufrimos por las dificultades; las cuales a veces nos sentimos, sin fuerzas para continuar; o solo en medio de la guerra por la paz, y el Espíritu Santo es el único que puede ayudar. Pero, te preguntarás ¿cómo orar al Espíritu Santo para que venga ayudarme? Ahora te enseñaré, una oración modelo; que no te fallará en los momentos difíciles.

Espíritu Santo, tú que eres la esencia mismas de mi Señor Jesús; eres el  único y verdadero consolador, mi guía cuando me encuentro perdido; solo tú puedes ayudarme en este momento de desesperación.

Índice()
  1. ¿Cómo orar al Espíritu Santo para que venga ayudarme?
  2. Cuando oramos con fe el Espíritu Santo está atento

¿Cómo orar al Espíritu Santo para que venga ayudarme?

Santo Espíritu, te necesito, para continuar esta travesía; en ti no hay engaño, pues tú eres testimonio de la verdad. Tu que renuevas la faz de la tierra y salvas los corazones contritos; acude a mi clamor.

Espíritu de Verdad, que habitas en el corazón,

de los que aceptan a Cristo

como su salvador.

 

Toma el mío como tu templo;

y el control de esta situación en que me encuentro;

pues, mi espíritu se angustió dentro de mí;

y siento que envejezco.

 

Por causa de mi angustia;

ya no tengo refugio y no me siento

seguro, si tú no estás.

 

Oh Espíritu de Poder, clamo a ti con todas las fuerzas

quedan en todo mí ser;

para que así acudas con rapidez auxiliarme.

 

Necesito de tus fuerzas para poder

continuar con mi senda terrenal;

en este mundo tan lleno de oscuridad y con

tanta falta de amor genuino; y comprensión.

 

Mi Consolador, esta alma está muy sedienta de tu consuelo,

exhortación y tu edificación; nunca apartes de mí tu justicia,

solo tú tienes el poder suficiente.

 

Para rescatarme de donde me estoy hundiendo;

y el que puede tranquilizar el

desespero en que me encuentro.

 

Ven y lléname de tu amor;

y líbrame de la

desesperanza.

 

Espíritu de mi corazón, que guías mi ser

a la santidad de Dios;

escucha y acude a mis ruegos,

tú eres mi única esperanza;

desciende sobre mí con gloria,

y envuélveme en tus brazos.

 

Como lo hiciste con los apóstoles de Jesús;

en este momento extiendo mis

manos al cielo, para recibirlo;

creyendo que me escuchas.

mas el hombre necio menosprecia a su madre

Espíritu que habla, auxíliame de aquello,

de lo que mi alma se aqueja;

que es de dolor, y de terror,

causado por mis enemigos.

 

Siento que me pierdo en su inmensidad,

y yo conozco que tu ere luz,

paz y tranquilidad; tómame en tus brazos,

cálidos y guíame.

 

En ti confió, porque

donde quiera que estoy,

tu mano me dirige.

 

Vivificante Espíritu, rescátame;

y llévame a campos de reposo,

donde puedas

sanar mis heridas; y donde puedas librarme,

de los que de mi quieren el mal.

 

Sacia mi alma de tu paz, tú que conoces mi senda;

hazme saber el camino por

el que debo transitar.

 

Tú eres mi único ayudador,

en este momento tan  difícil

en que me encuentro.

 

Espíritu que da testimonio de la verdad,

que es Cristo; y así como has rescatado a muchos,

de su perdición, salva mi alma.

 

Responde pronto a mi ruego, porque

solo en ti confío; también calma mis angustias

con tu santidad; no tengo refugio,

si tú no eres el que habita conmigo,

, rescátame.

 

Santo Espíritu de Dios, háblame si crees;

que el camino que escogí,

no es el correcto; perdón si he ignorado,

tus advertencia; y he permitido,

que el pecado sea en que dirija mi vida.

 

Como si fuera mi brújula;

perdona mi rebelión;

y te entró nuevamente en mi corazón.

 

Como mi único consolador y guía;

afligida está mi alma

esperando tu ungüento sanador.

Cuando oramos con fe el Espíritu Santo está atento

Estimado lector, la mejor forma de orar al  Espíritu Santo para que venga; es creyendo que él, es el único consolador de nuestro ser; no permitas que las dudas y el pecado, te separe de todo aquello que es de la luz. Este espíritu, fue enviado a la tierra por nuestro Señor Jesús; merece ser reconocido como uno con el Padre y con Cristo. Haciendo real la trinidad de nuestro Creador.

Si continuamos en la luz, alcanzaremos la paz en medio de la tormenta; sin importar la magnitud de aquel, siempre estaremos seguros; porque el Espíritu Santo está en nuestros corazones.

Subir