Historia y secreto de las Ánimas Benditas y el pacto con las almas
Las Ánimas Benditas del Purgatorio son todas aquellas almas que se separaron de su cuerpo y se encuentran limpiando y purificando los pecados. No tan graves que dejaron pendientes en vida. En ese proceso de limpieza se mantienen en dolor y en espera de ser atendidos y consolados por la Virgen María y por los Ángeles. Conoce la historia y secreto de las Ánimas Benditas y el pacto con las almas.
Las Benditas Ánimas, no son formalmente intercesores como los santos. Pero a través de la dulce providencia de Dios pueden obtener en nuestro nombre favores maravillosos y la liberación de demonios, enfermedades o cualquier tipo de peligros que abundan en el mundo. Más lo que podemos hacer por ellas es pedirle a Dios en oración para que les conceda entrar a su reino y le otorgue la vida eterna.
Si dedicamos nuestra oración a Dios para que libere a las almas que se encuentran en pena en el purgatorio. Poco a poco irán purificando y entrando a los cielos para estar al frente de la gracia de Dios. Es desde allí que estas almas nos agradecerán nuestras plegarias hablando y pidiendo a Dios por nosotros.
Devoción a las Ánimas del Purgatorio
La devoción a las ánimas está íntimamente ligada a la existencia del purgatorio. Este criterio tomó consideración en el mundo del cristianismo en 1563 Cuando se aprobó que los curas enseñaran y predicaran la existencia del purgatorio. Las almas que estuvieran en el purgatorio recibirían el principal alivio a través de la celebración de misas en su recuerdo.
En adelante se crearon las cofradías de ánimas, que se difundieron por los cuatro puntos cardinales. Así que se convirtió en parte de la devoción, junto al Culto a la Virgen, culto al Santísimo y culto a los muertos. Para hacer frente a la corriente reformadora del aquel momento.
Todo esto influyó en la fe de los feligreses que buscaban la salvación eterna cuanto antes. La historia y secreto de las Ánimas Benditas y el pacto con las almas menciona que la iglesia contó con el arte de difundir los horrores del infierno. Se les mostró a los que visitaban las iglesias cuadros y retablos de ánimas por todos los muros.
Sus imágenes estaban estructuradas en divisiones horizontales que mostraban el infierno, el purgatorio y el cielo.
El infierno es la perdición, allí donde los ángeles malos empujan a los pecadores a los brazos del monstruo sumergidos en desesperación. Más arriba el purgatorio, donde se encuentran los plebeyos y nobles con penas y pecados rodeados de llamas. Esperando de misas, rezos y buenas obras para ser liberados.
Secretos de las Ánimas Benditas del purgatorio
Es posible pensar en el culto de las ánimas como una devoción popular al igual que cualquier otra tantas que se predican hoy en día. Pero también existe la posibilidad de concluir que esta fue una devoción impuesta por la Iglesia Eclesiástica. Apoyada por los medios de comunicación que hacían vida en aquellos tiempos.
Estos medios como imprenta, cofradías, representaciones artísticas entre otras. Eran utilizadas astutamente para manipular las mentes y reformar la fe de los creyentes.
En la actualidad no se sigue manejando el mismo pensar con relación a la devoción y entrega de oraciones y misas a las ánimas del purgatorio. Para conseguir su liberación. Dentro de la iglesia católica se maneja de una forma un poco más flexible este tipo de adoración. Y pues las personas que deseen entregar sus peticiones a las ánimas benditas pueden hacerlo desde sus casas con mucha tranquilidad.
Historia del purgatorio y sus Ánimas Benditas
Existen algunos pecados leves que nos permiten ir al purgatorio: dureza de corazón, hostilidad, maldad, calumnia y rebeldía a encontrarse con Dios. Se dice de una experiencia que un alma del purgatorio pidió a una sierva. Que le prestara su cuerpo por tres horas para poder salir del purgatorio. Está lo aceptó y padeció en carne propia lo que significa estar en pena, se siente un gran dolor que fue tan duradero que parecían tres días.
Las almas del purgatorio ya no pueden hacer nada por sí mismas, si los vivos no rezan por ellas quedan perdidas y abandonadas. Nuestro deber es aliviar sus penas y minimizar el tiempo allí para que puedan encontrarse con Dios.