Cómo orar a Dios con mucha fe por los hijos enfermos

como orar a dios con mucha fe

Pedir a Dios ante las enfermedades debe ser una confesión de corazón. Cuando se trata de un hijo enfermo, queremos estar más cerca del creador y de su bondad. Por eso, debemos saber cómo orar a Dios con mucha fe por los hijos enfermos.

Los hijos enfermos demandan todo nuestro afecto y nuestro cuidado. Su pureza y candidez los hace frágiles. No obstante, ellos no tienen la posibilidad de pedir por sí mismos, por lo que es nuestra tarea orar con fe para pedir su sanación.

En efecto, orar con devoción es acercarnos al Padre para que cuide de los indefensos que se encuentran abatidos por los malestares de salud. En estas oraciones, debemos ser sinceros con Dios. Sin duda, el pondrá en ti las palabras precisas para que le hables.

Índice()
  1. Cómo orar a Dios con mucha fe por los hijos enfermos
  2. ¿Cómo pedir en oración por los enfermos?

Cómo orar a Dios con mucha fe por los hijos enfermos

Lo primero es transmitirle a Dios todo lo que sentimos y el estado en que se encuentra nuestro espíritu. Él sabe que un hijo enfermo nos agobia y nos perturba, por eso te escucha. Saber orar es tener fe en lo que pides y es saber que será cumplido.

Dios grande, poderoso y misericordioso,

ante ti mis alabanzas y mi profundo

agradecimiento por los días que

me permites transitar el camino de la vida.

 

Venero tu nombre

y me arrepiento si alguna vez lo ofendí,

perdona mis pecados y

libera mí alma de culpas.

 

Pido que tu luz me ilumine

en este día de angustia,

te ruego por mi hijo enfermo

por su sanación y su larga vida.

 

En este día, que la ansiedad

me come el alma,

te pido ayuda para sanar a mi hijo,

te ofrendo su vida

para que te adore por siempre.

 

Sobre todo, que sus ojos no se cierren

y su alma no se apague tan pronto,

dale larga vida

para que te brinde su fe.

 

Oh Padre de los cielos,

Rey del Universo

apelo a tu piedad

 por mi hijo en cama.

 

Con todo, acudo ante ti,

humilde y abnegada,

por su salud, su alma y su vida,

toma la mía y cúralo,

te lo pido Señor.

 

Asimismo, ante el Espíritu Santo

elevo esta oración de sanación,

por mi hijo y todos los hijos del mundo

que hoy padecen una enfermedad.

 

Ahora, santifícalo con el milagro de

 tener su cuerpo libre de sufrimientos.

 

Además, aparta los

tormentos de su alma,

te lo pido mi Dios.

 

Todopoderoso sánalo,

Santísima Virgen María cúralo.

 

Espíritu Santo ayúdalo,

Jesús de Nazaret consuélalo.

Dios eterno y redentor

tómalo en tus manos y sácalo del dolor.

 

Sin duda, tu eres grande y poderoso,

tu sabes lo que hay en su corazón,

tú conoces el dolor de un hijo,

ayúdalo Señor.

sanen a los enfermos

La Sangre derramada

de Jesús en la cruz,

viértela sobre su cuerpo y devuélvele

el bienestar de sentirse sano,

ayúdalo a levantarse.

 

Ante esta pesada carga que me agobi,

apiádate Dios excelso,

no me dejes caer,

levántame con tu poder.

 

Dale fuerza y alimenta su alma,

que la enfermedad

se aparte de su cuerpo

y extínguela para siempre.

 

No obstante, dale calma,

dale paz,

conságrale la vida,

líbralo de la enfermedad.

 

Asimismo, pasa tu mano poderosa

por su cuerpo y

límpialo Señor.

 

Báñalo con tu luz y

envuélvelo con tu manto.

 

Además, acompáñalo en la soledad

y guíalo en este camino

que ha de cruzar.

 

Santo Padre de Jesús

que en la tierra padeció y

sufrió por nuestra salvación,

tu que das y quitas la vida,

ayuda a mi hijo en su sanación.

 

En ti confío, para ti mi fe,

Dios de las alturas,

concédeme este milagro,

devuelve a mí hijo la cura.

 

Tú me escuchas, tú me sientes.

Tu sabes que mi dolor es verdadero

 y que esta suplica es

por la vida de mi hijo enfermo.

 

Finalmente, concédeme la dicha de

verlo entre nosotros

sano, fuerte y fiel

 creyente de ti Señor.

 

¡Amén!

¿Cómo pedir en oración por los enfermos?

Debemos anhelar lo que pedimos, sentirlo en el corazón y con fuerza solicitarlo, con las palabras adecuadas y con la devoción intacta. Solo así seremos atendidos en nuestra súplica.

En efecto, orar por un hijo enfermo es estar seguro de que Dios, la Virgen, Jesús y el Espíritu Santo nos escuchan. Recemos con el arrepentimiento de nuestros pecados y seguros de nuestra fe.

Entreguemos a Dios nuestra alma, ofrezcamos nuestra vida, así como Él entregó a su hijo para salvarnos.

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