El significado de El Camino, La Verdad y La Vida para un cristiano
Todo Cristiano que busque y desee conocer su verdadero propósito en la vida, necesita vivir por algo que sea mucho más superior que sí mismo, para ello debe escuchar con atención las palabras del Salvador, que dicen: “yo soy el camino, y la verdad, y la vida..."
A pesar de que estén escritas las palabras de Jesús Nuestro Señor, tienen una profunda interpretación que debemos tomarnos en serio, que requiere estudio, análisis y atención. Lo que significa el ser un buen cristiano incluye, entender y seguir la palabra del Señor.
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El Camino, La Verdad y La Vida
Para este momento las puertas al cielo estaban totalmente cerradas, no había espacio para nosotros en el paraíso eterno y Dios sufría por ello, queriendo a sus hijos con él y a salvo, a raíz de esto envía a Jesús a salvarnos.
Durante esta, su misión, él quiso enseñarnos a nosotros el camino hacia la buena vida, el sendero para reunirnos con Dios Nuestro Señor. El camino hacia el reino de Dios no fue cerrado por él, con mucho dolor nos vio a nosotros mismos construyendo poco a poco en la frontera inquebrantable que nos separó por muchísimo tiempo de nuestro hogar en el cielo junto a él.
Así pues, Jesucristo baja a la tierra a vivir y crecer entre los pecadores, él nos trató con misericordia y bondad desde el primer momento. Con la protección del espíritu Santo, él se acercó algunos de nosotros, curó, ayudo, protegió y enseñó.
Incluso escogió algunos pocos para que fueran sus seguidores y pudieran permanecer aquí con nosotros después de que él cumpliera su misión para enseñarnos el significado del camino y no permitieran que olvidáramos que hay un solo sendero hacia Dios y que no podemos perdernos.
Jesús nos habla de la verdad. Había diferentes opiniones, todos sabían que había un Dios, pero muchos creían que eran varios dioses, otros pensaban que era necesario adorarlos con sacrificios humanos. Incluso aquellos que llegaron a entender que había un solo Dios. Pensaban que era alguien frío y distante que no era capaz de sentir empatía por el sufrimiento humano.
Jesús vino a nosotros para decirnos la verdad que en realidad Dios no era nada de lo que nos pudiésemos imaginar, que de hecho es un padre, un mentor, una guía, pero en aquel momento pocos le creyeron.
La verdad que trajo Jesús al mundo es que Dios nos amaba, que Dios nos ama, que siempre es capaz con su inmensa misericordia. Pese a todo lo que nos brinda, a pesar de cuanto se nos olvida lo que nos cuida él nunca nos abandona.
Cuando interpretamos las palabras de Cristo, entendemos que él hablaba de la vida divina. Dios envió a Jesús para aclararles que Jesús es el camino, Jesús es la verdad, no solo una parte si no toda la verdad.
Jesús es la vida, más allá de darnos los mandamientos y los valores que deben regir nuestras vidas. Dios nos da la fuerza para vivirlos, todo el poder para que logremos convertirnos en personas nuevas. El poder es Dios, creador de la vida, el Espíritu Santo A quien derrama el señor sobre quienes lo aceptan.
Solo hay un camino hacia Dios
Es impactante como esta población fue parte de las revelaciones divinas más históricas, que incluso hoy en día recordamos según los escritos. Pero aún así les costaba tanto lograr que su fe permaneciera en el lugar correcto, como Cristo les enseñó que debían dirigirla.
Dios nos ha enviado señales, guías, ayuda para encaminar nuestra vida hacia él, hace la gloria y así el paraíso eterno. Hoy en día, es nuestro momento de agradecerle y demostrarle que todo su esfuerzo no ha sido en vano. Queda en nuestro poder, en nuestra decisión seguir el camino que se nos ha señalado. En agradecimiento a su amor eterno, a su infinita misericordia nuestro deber, y nuestro gran regalo seguirlo a su gloria, debemos recordar que es el Camino, la verdad y la vida para un cristiano.