¿Cuál es el verdadero significado de las Águilas en la vida Cristiana?
Dios nos quiere ver como aves, como sus águilas, pero, ¿Cuál es el verdadero significado de las Águilas en la vida Cristiana?.
Ver a las aves volar de un lado al otro, entre nubes y rayos de sol o hasta bajo las gotas de la lluvia es una imagen que, a muchos de nosotros nos hace sentir envidia de la libertad que demuestran al remontarse en las alturas de cielo y viajar rápidamente a donde les provoque.
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Todos y cada uno de los animales de este reino terrenal son obra maravillosa de nuestro Divino Creador Dios. Con características particulares según su especie y con una misión en el equilibro perfecto de su creación. Las aves tienen como particularidad abrir sus alas y volar; levantar sus patas de la tierra y llegar alto entre montañas y picos.
¿Cuál es el verdadero significado de las Águilas en la vida Cristiana?
Las águilas son aves con gran sentido de protección de sus nidos y crías, su instinto natural las hace cuidar de sus polluelos hasta con su propia vida. Construyen sus nidos en lugares muy altos para protegerlos de peligros y depredadores. Tal como Dios brinda protección a nuestros males.
Siempre quiere el bien para nosotros, seamos fieles seguidores de su palabra y cuidemos nuestro nido bajo las leyes de nuestro Señor Jesucristo desde que fue enviado a la tierra.
Bien lo dice su palabra en Deuteronomios 32:11-12: “como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas”.
Así Dios intenta cuidar nuestro camino y mantenernos alejados de todo mal. Quiere vernos libres y seguros, resguardados en lo alto de las montañas, solitarios y lejos de la maldad, sólidos como la Roca, sólidos como las leyes de Dios.
Debemos volar alto, ser libres de cadenas, estar en comunión con nuestro señor, para seguir su camino haciendo su voluntad. Profesando su palabra, dejando huellas de amor en el mundo y llenando de paz a los corazones afligidos. Las águilas vuelan hacia el sol, hacia la luz como lo es Cristo Jesús.
Volemos buscando luz en la palabra de Dios, en ese brillo que aleja a depredadores y a quienes quieren hacernos el mal. Nuestro Dios quiere vernos fuertes. Como el águila que soporta 70 veces su propio peso y lo hace ser el animal más fuerte de la tierra. Dios es tan bondadoso que no nos da más de lo que podemos soportar.
Porque sin importar el tamaño de la cruz, nos da fuerza, aliento, esperanza, alegría y mucha fe para resistir las pruebas que se han de presentar en el camino de la vida, siempre y cuando vayamos de su mano y aceptemos su voluntad.
Las águilas cazan su propio alimento y su comida siempre es fresca. Aunque tienen periodos de desaliento, en los cuales bajan a la tierra, pisan el fango e intentan comer de animales muertos y carne podrida. Es allí cuando necesitan ayuda, se sienten débiles hundidas en pantanos.
Sin embargo, las otras águilas no las dejan abandonadas, se acercan les dan a probar carne fresca y las sacan del lodo.
Esas águilas que ayudan a sus iguales, es como la palabra de Dios, el Espíritu Santo no nos deja comer carne podrida. Porque su alimento espiritual ha de ser más poderoso que los alimentos del pantano. Debemos ser águilas y dar la palabra de Dios a quien la necesite, dar comunión para unirnos con otros.
Renovemos nuestras almas como el Águila cambia sus plumas y su pico
Cada año estas maravillosas aves van a la cima de las montañas, buscan su roca y golpean su cuerpo hasta perder todas sus plumas, igualmente lo hacen con su pico hasta partirlo y desprenderlo. Es un proceso de renovación, para darle paso a nuevas plumas brillantes y a un pico fuerte sin marcas ni heridas de la lucha diaria de su vida.
En este tiempo no comen pues no pueden cazar, están débiles y frágiles.
Así debemos renovar constantemente nuestras almas, nuestra palabra, nuestros pensamientos y nuestros actos. Aferrarnos al mundo espiritual dándole el verdadero significado de las águilas en la vida cristiana. Es esa verdadera vida que Dios quiere para nosotros.