Historia de San Ignacio de Loyola – Fundador de la compañía de Jesús

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El nombre de pila de San Ignacio de Loyola era realmente Íñigo López de Loyola. Pero en los últimos catorce años de su vida siempre firmó como Ignacio. Fue el menor de 13 hermanos. Cuando tenía alrededor de 15 años de edad su madre murió y él fue enviado a Arévalo para que cursar la educación como paje en la corte de Juan Velázquez de Cuéllar.

Durante once años se dedicó a su formación como buen escribano, por otra parte, como buen gentilhombre siendo experto en armas, su formación resultó ser más cortesana que militar.

En la autobiografía comentan que era muy dedicado a las vanidades del mundo real. Se deleitaba principalmente en ejercicios de armas con un muy grande y vano deseo de poder ganar honra. Aquí te contaremos lo que fue la vida de San Ignacio de Loyola.

Índice()
  1. Vida de San Ignacio de Loyola
  2. La Compañía de Jesús

Vida de San Ignacio de Loyola

Íñigo de Loyola nació en 1491 en Azpeitia en la provincia vasca de Guipúzcoa la cual se encuentra al norte de España. Cuando tenía 16 años de edad fue a ser paje a Juan Velázquez.

Por ser parte de la gran familia Velázquez, continuamente estaba en la corte y nació en él un gusto por todo lo que se presentaba, especialmente por mujeres. Además, resultó ser muy adicto a los juegos de azar, muy contencioso, y no por ello dejaba de hacer esgrima en ocasiones.

Cuando tenía la edad de 30 años, como oficial salvaguardaba la ciudad de pamplona en contra de los franceses, que en el momento reclamaban el territorio como propio contra España.

Durante la dura batalla una bala golpeó a Ignacio, hiriendo esta una de sus piernas y además rompiéndole la otra pierna. Como era muy admirado por el honor, los soldados franceses lo llevaron de vuelta para que pudiera estar mejor en casa.

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Su pierna estaba asentada pero no se curó, por lo que tuvieron que romperla nuevamente y así poder ponerla en su sitio. Todo esto se realizó sin anestesia. A pesar de que luego de esto a Ignacio se le notificó que debía prepararse para morir, durante la fiesta de los Santos Pedro y Pablo un giro inesperado dio su vida. Su pierna se curó, pero una de sus piernas era más corta que la otra.

Durante las largas semanas de recuperación de Ignacio, estaba enormemente aburrido y solicitó que se le llevarán algunas novelas románticas para pasar el tiempo. En el castillo no fue posible encontrar ninguna novela, pero sí una copia de la vida de Cristo y un libro sobre los santos.

Desesperado por no tener nada que hacer, Ignacio comenzó a leerlos. Cuanto más leía, más consideraba que las hazañas de los santos tenían que imitarse. Sin embargo, San Ignacio de Loyola, continuaba soñando con la popularidad y la gloria, junto con la fantasía de tener el amor de una distinguida dama de la corte.

La dama nunca tuvo una identidad, pero al parecer era de sangre real. Sin embargo, notó que después de leer y pensar en los santos y en Cristo estaba en paz y satisfecho.

Esta experiencia no sólo fue el inicio de su transformación, sino también el inicio del discernimiento espiritual, que se relaciona con Ignacio y se narra en sus Ejercicios Espirituales.

La Compañía de Jesús

Ignacio, junto a dos de sus compañeros, tomaron la decisión de ir a Roma y ponerse a disposición del Papa. Fue a pocos kilómetros de la ciudad donde Ignacio pudo tener la segunda más grande experiencia mística.

En una capilla de La Storta donde en la que paró a rezar, Dios le dijo a Ignacio: "Te seré favorable en Roma" y que sería como su Hijo. Ignacio no sabía lo que esta experiencia significaba, ya que podía significar tanto persecución como éxito.

Cuando se congregaron con el Papa, él muy favorablemente los puso a trabajar educando sobre las escrituras y la teología. Fue aquí, en la mañana de 1538 de Navidad, que Ignacio realizó su primera misa en la iglesia de Santa María la Mayor en la Capilla del Pesebre. Se pensaba que esta capilla era el pesebre real de Belén, así que resultó ser la mejor prueba de Ignacio.

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