Historia de la oración 'Bajo tu amparo nos acogemos y yo confieso'

Historia de la oracion 'Bajo tu amparo nos acogemos y yo confieso

A lo largo de la historia se han realizado plegarías, canciones y poemas muy bonitos dedicados al Señor. Entre ellos, el himno del bajo tu amparo nos acogemos y la oración del yo confieso. A su vez, conocida también como 'Yo pecador'.

https://www.youtube.com/watch?v=yzk7d9zclCw

Índice()
  1. Historia de la oración Bajo tu amparo nos acogemos
  2. Historia de la oración yo confieso
  3. Oración final del yo confieso y bajo tu amparo nos acogemos

Historia de la oración Bajo tu amparo nos acogemos

Más que un rezo es un himno, que se usa por la iglesia católica. Por puesto, incluyendo a la de la categoría apostólica ortodoxa. Es decir, para todas las que se han establecido de forma, siguiendo sus respectivas leyes.

Asimismo, este hermoso cántico, se muestra por primera vez, en un texto griego, alrededor del año 250 después de Cristo. Aunque, en un periodo posterior, otro autor del mismo lugar, comenta que esa plegaría es de un siglo más tarde.

Unos años, después de la controversia, surge un grupo de gente, donde aseguran que el texto es la liturgia copta. Es decir, a los egipcios, pero grandes familias de la escritura religiosa cristiana, pertenecientes a Milán, Italia y Roma, aseguran que proviene de sus antepasados escritores.

Pero además del texto en modo griego, también se encontró las mismas palabras del himno en egipcio, armenio, siriaco, y latín. Un dato más curioso, es que una de las piedras con la frase, se encontró un título de ‘Praesidium’. Que nada más se talla en la guerra.

Es decir, en épocas de disputa y batallas, ya que era una manera de hacer entender el tipo de mensaje que enviaba, incluyendo las circunstancias del escritor.

Por último, la principal iglesia católica de Francia, se encargó de crear el himno. Luego, se usaba el Bajo tu amparo nos acogemos, dedicado a la Madre de Jesús, justo al finalizar el acto de la misa. Por el hecho de que se ajustaba como un cierre espectacular.

Bajo tu proteccion nos acogemos, Santa Madre de Jesus, no deseches nuestras suplicas

Historia de la oración yo confieso

Este rezo, también conocido como el Confíteor, se atendió la primera vez en el año 1063, en la misa del escritor de tratados Bernold de Constanza. Quien murió un tiempo después, en el 1100. Luego se empleó con una versión un tanto diferente en otras misas del Misereatur y Indulgentiam. Por el hecho de que pertenecieron a la religión católica.

Pero al final se plasmó, en Ordo Romanus XIV, con un ajuste muy pequeño en sus palabras. Que fueron decretadas en el Tercer Concilio de Rávena, en el año de 1.314. Asimismo, ya en la Edad Media, el Yo Confieso, tenía su lugar en la lista de los rezos Santos. Pues los mencionaba de forma considerable.

Asimismo, 200 años más tarde, al rededor del 1570, se utilizó el Confíteor, en las misas católicas de varios sitios, como las carmelitas, dominicanas, entre otros. Pero empleándolo de modo muy corto, pues resaltaba de manera única la frase ‘Mea culpa’. Por su puesto, con el llamado que hacia los Santos.

Además, varios consejos religiosos formados de modo legal, tenían la oportunidad de incorporar su nombre. Un ejemplo de eso, es el de San Francisco de Asís, y otros como San Benito. Pero sin importar el Santo agregado, el sentido no se modificaba.

Oración final del yo confieso y bajo tu amparo nos acogemos

Para entender que significa la oración yo confieso, debemos analizar sus frases. Por el hecho de que, el Confíteor, se trata de arrepentirse, por los actos cometidos, ya sean con la mente o por medio de los sentidos. Es decir, en cuerpo y alma, y se le pide por la reconciliación.

Yo confieso ante Dios, y ante mis hermanos

que he pecado de pensamiento, palabra,

obra y omisión.

Por mi culpa, Ruego a Santa María,

Virgen, a los ángeles, a los santos, que intercedan

por mí ante Dios.

Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre

de Jesús, no deseches nuestras súplicas,

más bien, líbranos de los peligros,

Virgen milagrosa y bendita.

Al instante de hacer el rezo, la persona encarga dice en modo de pregunta ‘Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios’. Luego, los oyentes responden ‘Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén’.

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