Historia de la vida y los milagros de San Lorenzo para leer a los niños
Esta es la Historia de la vida y los milagros de San Lorenzo para ideal para leer a los niños. A pesar de la muerte horrorosa de nuestro Santo Lorenzo, no le quita la idea de que fue para su época un héroe, que marcos un inicio o un nuevo comienzo para algunas personas pertenecientes del cristianismo.
Ya que gracias a sus esfuerzos inhumanos. Nos enseñó muchos valores relacionados con la honra, a no perder nuestros principios, ni mucho menos los valores que se nos ha enseñado e inculcado durante toda nuestra vida. Lo que lo hace una historia para contar a nuestros niños, para que tengan un soporte más o un ejemplo en su vida de adulto de como tienen que ser, correctos y regios en todas las cosas que se propongan a hacer durante su vida.
Los milagros y la historia de San Lorenzo mártir
El héroe de esta historia fue el mártir San Lorenzo, que sin lugar a dudas demostró a muchas de las personas de la época, su valor. Que sus principios no podían ser vulnerados por ninguna persona. Y menos por un emperador que abusaba de su poder para iniciar las persecuciones en contra de las personas que servían culto a la religión que es conocida desde mucho tiempo atrás como el cristianismo.
Su historia fue como cualquier otra, pero fue llegado a sus momentos finales de su vida, acercándose a su muerte que salieron a flote estos milagros que cambiaron la perspectiva de vida de muchas personas que presenciaron de ellos. Lo cierto es que San Lorenzo estaba siendo perseguido. Por varios guardias romanos que solo seguían las órdenes de su emperador Valeriano. Pero no por ello los hacen menos inocentes.
El diácono
San Lorenzo siendo un importante diácono del cristianismo era casi imposible ocultarse de sus perseguidores. El indulto de este emperador era que trajeran con vida a todas las personas importantes pertenecientes a la religión cristiana para luego martirizarlos públicamente. Y que así las personas que presenciaran de estos hechos aprendieran de esta lección, de forma de implantar el miedo en todas partes.
Valeriano el emperador de este momento le dijo a San Lorenzo que le diera de todas las riquezas que su iglesia poseía. Este sin negarse y de forma desafiante les aclaro que tenían que darle de unos días para que él fuese a buscar “el tesoro de la iglesia cristiana”. Durante estos días regreso a su iglesia y llamo a los huérfanos; a los pobres de espíritu y de dinero, a los enfermos de su comunidad, a todas las personas que padecían de alguna necesidad y que necesitaban de la ayuda de Dios, y los llevo con el emperador.
Este una vez tenía a todas esas personas cercanas al diácono Lorenzo. Públicamente estuvo martirizado. Además lo vio como una ofensa a la corona. De la manera más horrible e insana que se le pudieran ocurrir. Además en una parrillera fue asado vivo este. Y momentos antes de su muerte un ángel se le acercó de los cielos secándole sus lágrimas y diciéndole que le esperaría muchos tesoros en el reino de los cielos. Este detuvo su llanto y murió en paz, sabiendo que sus esfuerzos serian recompensados en algún momento por su Dios.
Un ejemplo para nuestras vidas
San Lorenzo nos enseñó muchas cosas, entre ellas que los valores y la esperanza es lo último que se pierde, y que además nuestro señor Dios recompensa nuestro valor y todos nuestros esfuerzos a los más creyentes, dejando ver que nuestro Dios de verdad que es bueno. Por esto debemos valorar esta historia de la vida y los milagros de San Lorenzo que además se puede leer a los niños.
A nuestros hijos se le puede contar esta historia, para que aprendan el valor que hay que tener en la vida. Que no por cualquiera nosotros debemos de dudar de cuáles son nuestros principios morales. Pues Dios en otra vida va a recompensar. A continuación nos veremos como héroes de los cielos.
También San Lorenzo debe de ser un ejemplo para todos nosotros, y aprendamos de una vez por todas que el único dios a quien debemos de venerar es a nuestro Dios. Ya que él es bueno y ayuda a las personas más necesitadas por su mano.