Conoce a Santa Ana – La historia de la madre de la Virgen María

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Cada 26 de Junio se celebra la fiesta a la Virgen Santa Ana. Su nombre escrito en hebreo es Hannah y significa “Gracia”. De acuerdo a la historia, Santa Ana recibe la gracia del Espíritu Santo por ser madre de la Virgen María.

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En las sagradas escrituras no es posible encontrar ninguna historia sobre la madre de María, la verdad es que no es posible conseguir ningún relato o historia sobre quiénes son los padres de la Virgen María.

Por esto, toda la información que es posible encontrar sobre la historia de Santa Ana, ha sido obtenida de la literatura apócrifa, como lo es el evangelio de la natividad de María, el Protoevangelium de Santiago y el evangelio de Seudo Mateo. Hoy aquí te contaremos la historia conocida de Santa Ana hasta ahora, su vida y la de su esposo Joaquín, nombre del padre de la Virgen María.

Índice()
  1. La antigua tradición a esta Santa
  2. La veneración a Santa Ana

La antigua tradición a esta Santa

De acuerdo a los evangelios mencionados anteriormente y la antigua tradición Santa Ana  es la esposa de Joaquín, y ambos son padres de la Virgen María y por lo tanto también son los abuelos de Jesús de Nazaret. Se conoce que Santa Ana nació en Belén y que sus padres fueron Emerenciana quien descendía de David y de Levi, y Mathan.

Joaquín y Ana eran una pareja adinerada de Belén, pero no podían tener hijos, así que Joaquín un día fue al templo con la misión de ofrecer sacrificio a cambio de poder tener un hijo con su esposa, pero este fue rechazado, bajo la excusa de que por ser un hombre sin descendencia no era digno de ser admitido.

Al recibir esta respuesta, Joaquín no quiso volver a su hogar y en cambio se fue a las montañas a realizar una plegaria a Dios, con gran tristeza y soledad se arrodilló y suplicó a Dios para que él y su esposa pudieran tener un hijo.

el bien que ha hecho se lo volveran a pagar

Ana al no encontrar a su esposo fue en su búsqueda, y descubrió porque la ausencia tan larga de su esposo. Por esto, Ana decidió también se arrodillo y clamó a Dios para que fuera liberada de la terrible maldición de la esterilidad. En este ruego prometió a Dios que a cambio su hijo sería fiel servidor de Dios.

Las oraciones de ambos fueron escuchados, y un día un Ángel se le apareció a Ana y le dijo “Ana, Dios ha observado tus lágrimas, tu concebirás y darás a luz. Y el fruto de tu vientre será bendito en todo el mundo”. Esta misma promesa la hizo el Ángel a Joaquín, quien volvió a casa con Ana.

Un tiempo después, Ana dio a luz a su hija, a quien le colocó por nombre Miriam (María). Nunca pensó Santa Ana que la hija nacida de su vientre sería la madre del Señor Jesucristo. Pero como lo prometió el Ángel, su hija sería bendita. Desde muy temprana edad Ana le enseñó a María el servicio a Dios, como había prometido a Dios en su plegaria.

La veneración a Santa Ana

Santa Ana actualmente es la patrona de cientos de pueblos y ciudades a nivel mundial. Es venerada en la diócesis de Vannes, en Notre Dame D’Auray. En Canadá Santa Ana se conoce como la primordial protectora de la región de Quebec.

El culto a Santa Ana se promovió en la iglesia oriental para el siglo VI. Posteriormente pudo llegar en el siglo X a la iglesia occidental. La religiosidad hacia Santa Ana se consigue localizar en lo más antiguo de los archivos litúrgicos de la Iglesia griega.

Para el año de 1382 Urbano VI, realizó la primera ordenanza apostólica haciendo referencia a Santa Ana. Concediendo la fiesta a los obispos de Inglaterra solamente. Se especula que el impulso del decreto se debe a que ese año ocurrió la boda del Rey Ricardo II con Ana de Bohemia. Más tarde, la fiesta se amplió a toda la iglesia de Occidente.

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