La increíble historia de Gema Galgani – La Santa estigmatizada

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Cuando leemos la historia de Gema Galgani, podemos aprender que era tranquila y reservada, pero tenía una sonrisa para todos y un gran amor por la oración. Incluso se le permitió recibir la Primera Comunión a los 9 años. Gema era una buena estudiante, amada por sus profesores y compañeros de escuela.

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Era una niña muy inteligente que sobresalía en francés, matemáticas y música. Sin embargo, Gema tuvo que dejar la escuela debido a su mala salud. Cuando Gema tenía unos 7 años, su madre murió de tuberculosis. El padre de Gema murió cuando ella tenía 18 o 19 años y se convirtió en madre de sus siete hermanos y hermanas.

También tenía un gran amor por los pobres y los ayudaba en todo lo que podía. A continuación te voy a enseñar un poco de la gran historia de Gema Galgani. Para algunos puede ser un poco controvertida, pero es una bonita historia.

Índice()
  1. La historia de Gema Galgani
  2. Una vida mística

La historia de Gema Galgani

Conozcamos la historia de Gema Galgani, también conocida como la Flor de Lucca, fue una mística italiana a la que a menudo se la llamaba "Hija de la Pasión", por su intensa réplica de la Pasión de Cristo.

Nació el 12 de marzo de 1878 en una pequeña ciudad italiana cerca de Lucca. A una edad muy temprana, Gema desarrolló un amor por la oración. Realizó su primera comunión el año de 1887.

A Gema la amaron sus profesores y sus compañeros de clase, como alumna de una escuela dirigida por las Hermanas de Santa Zita. Aunque era tranquila y reservada, siempre tenía una sonrisa para todos.

Desafortunadamente, Gema tuvo que dejar la escuela debido a su mala salud crónica antes de completar el curso de estudios. Gema deseaba convertirse en monja, pero su mala salud impidió que la aceptaran. Ofreció esta decepción a Dios como un sacrificio. El 8 de junio de 1899, Gema tuvo una advertencia interna de que se le concedería alguna gracia inusual.

es mejor el pobre que el mentiroso

Sintió dolor y sangre saliendo de sus manos, pies y corazón. Estas eran las marcas de los estigmas. Cada jueves por la noche, Gema caía en éxtasis y las marcas aparecían. Los estigmas permanecieron hasta el viernes por la tarde o el sábado por la mañana. Cuando la hemorragia se detenía, las heridas se cerraban, y sólo quedaban manchas blancas en lugar de los profundos cortes.

Los estigmas de Gema seguirían apareciendo hasta que su confesor, el reverendo Germanus Ruoppolo, le aconsejara rezar por su desaparición debido al deterioro de su salud. A través de sus oraciones, el fenómeno cesó, pero las marcas blancas permanecieron en su piel hasta su muerte. Con la ayuda de su confesor, Gema se fue a vivir con otra familia donde se le permitió más libertad para su vida espiritual que en su casa.

Se la encontró frecuentemente en estado de éxtasis y en una ocasión se creyó que había levitado. Las palabras que decidió pronunciar durante sus éxtasis se grabaron por su confesor y un pariente de su familia adoptiva. Al final del éxtasis, volvió a la normalidad y continuó tranquila y serenamente. Gema veía a menudo a su ángel de la guarda. Enviaba a su ángel de la guarda a hacer recados, normalmente para entregar una carta o un mensaje oral a su confesor en Roma.

En enero de 1903, diagnosticaron a Gema  con tuberculosis. Al comienzo de la Semana Santa de 1903, Gema comenzó a sufrir mucho. Murió a la edad de 25 años el Sábado Santo, el 11 de abril.

Una vida mística

A lo largo de su vida, podemos encontrar que tuvo bastantes experiencias místicas, lo puedes saber al leer la historia de Gema Galgani. También recibió muchas gracias especiales. Debido a estas gracias y experiencias fue ridiculizada e incomprendida por muchos de los que la rodeaban. Esto le causó un gran dolor, pero lo ofreció como reparación al salvador que sabía que también era incomprendido y ridiculizado.

Gema también mencionó que a veces hablaba con su Ángel de la Guarda, Nuestra Madre Bendita, y otros Santos, especialmente San Gabriel de Nuestra Señora de los Dolores.  Según su relato, recibía mensajes especiales de ellos sobre eventos presentes o futuros.  Veía a su Ángel de la Guarda a menudo y lo enviaba a hacer recados para entregar cartas o mensajes a su confesor en Roma. A Santa Gema Galgani la beatificaron el 14 de mayo de 1933 por el Papa Pío XI y canonizada el 2 de mayo de 1940.

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