Historia, vida y leyenda de Santiago Apóstol
La historia, vida y leyenda de Santiago Apóstol. Siervo del Dios de los cielos y de nuestro Señor Jesucristo; enviado a anunciar el evangelio a las 12 tribus que estaban en la dispersión.
Sean dadas gracias a Dios Padre, en el nombre de su Hijo Jesús, porque él es bueno y para siempre es su misericordia, porque nos ama a todos por igual, y nos enseña que le amemos a él; sobre todas las cosas y nos amemos los unos a los otros, con amor fraternal.
Historia, vida y leyenda de Santiago Apóstol
Las santas escrituras hablan, de Santiago apóstol, que fue un siervo de Dios y de nuestro Señor Jesucristo, enviado a anunciar el evangelio de la paz a las 12 tribus que estaban en la dispersión; de manera que fue usado, por el Espíritu de Dios, para que les hablara, que cuando se encontraran, pasando por varias pruebas, que fuera para ellos un gozo en el Señor.
Dándoles a entender que eran necesarias las pruebas en ellos, para que así fueran ejercitados en la fe, la cual producirá en ellos la paciencia; y que ella debe de tener su obra completa para que pudieran ser perfectos, sin que les faltara nada; en cuanto a la voluntad de Dios.
Les enseñaba y les exhortaba, que si les faltaba sabiduría que le pidieran a Dios, el cual le da a todos sin reproche; y se la daría, por supuesto pidiendo con fe, porque el que pide y duda; no tiene fe, por lo tanto no recibirá nada del Señor, por cuanto este tiene incredulidad en su corazón; y el que tal hace no puede ver la gloria de Dios.
Santiago también habla, de que es necesario soportar las pruebas. Como lo declara la palabra de Dios, en Santiago 1:12 diciendo: Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
Enseñando, que después, que se hayan soportado las pruebas; Dios mismo nos recompensará por la obediencia y la fe, que se haya mantenido a él, hasta el final, dando por completo la salvación de las almas; y entregará la vida eterna, para que estemos con el Todopoderoso en el reino de los cielos, por toda una eternidad.
Apóstol y fiel sirviente de Jesucristo
Santiago guía, ministrado por el Espíritu de Dios, que el Señor no provoca las tentaciones al ser humano; porque Dios no puede ser tentado por el mal. Es tentada la persona, cuando de su misma concupiscencia se deja llevar, se distrae y cae en los deleites de este mundo; que es enemistad contra el Dios de los cielos.
Dice que, hay que ser hacedores de la palabra de Dios; que antes de hablar seamos pronto para oír y tardos para airarse, porque la ira humana no obra la justicia del Señor; por lo cual no debemos hacer caso de toda inmundicia la cual viene de parte del pecado, que nos asedia, que debemos ignorar y sacudir de nuestras vidas toda abundancia de malicias; y que se reciba con mansedumbre su palabra.
La cual puede salvar nuestras almas en Cristo Jesús; como lo declara la palabra del Señor, en Santiago 1:19-21. Este siervo de Dios les amonesta, a que no tengan acepción de personas; que el amor debe ser el mismo para con los ricos, como para los pobres, porque la biblia enseña en Santiago 2:5 diciendo: Hermanos míos amados, oigan: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
Santiago Apóstol del Dios de los cielos
La historia, vida y leyenda de Santiago Apóstol. Al Señor le ha placido, en su voluntad, escoger a los pobres de este mundo para que tengan riquezas en cuanto a la fe, que es en Cristo Jesús; y hereden el reino que él mismo les ha prometido, a los que le aman y anhelan estar con el Todopoderoso, por la eternidad.
Hemos aprendido, que Santiago siervo de Dios y del Señor Jesucristo, fue enviado por el Todopoderoso a las 12 tribus que estaban en la dispersión; para que les enseñara que debían soportar las pruebas, resistir firmes en las tentaciones de la carne; que debemos amarnos los unos a los otros sin acepción de personas, ser capaces de refrenar la lengua, para evitar problemas e inmundicia a nuestras almas, etc.